6 Claves para hacer Kakasana
6 Claves para hacer Kakasana
By: Gaia Staff | Feb. 11, 2015
Las posturas de equilibrio sobre brazos para todo practicante de yoga suponen un gran reto que afrontar. En este artículo os contamos en detalle la postura del cuervo o Kakasana de la que hoy vamos a ver todas las claves para realizarla bien, paso a paso, hasta conseguir dominarla.
Es importante que recordemos que las posturas que más nos asustan o resisten son en las que más amor, compasión y paciencia debemos poner, siendo conscientes de que la postura final que alcancemos en cada práctica es la postura más perfecta que hay, porque es la respuesta de cómo se encuentra nuestro cuerpo en ese preciso momento, siendo ahí donde aceptamos con cariño nuestros límites.
Recordadas estas pautas esenciales para afrontar una postura de equilibrio, veamos las claves concretas para realizar Kakasana:
1º Podemos empezar desde la postura del perro boca abajo ( Adho Mucka Svanasana) para sentir la energía de los brazos, y desde ahí nos colocamos en cuclillas con las manos en el suelo, alineadas con los hombros, a unos 25 cm de los pies, separando bien los dedos, para establecer una base segura.
2º Colocamos las rodillas sobre los codos. Cuando ya están colocadas, vamos dejando caer el peso del cuerpo hacia delante.
*En este punto podemos facilitarlo trasladando el peso desde atrás hacia delante, desde los dedos de los pies a las palmas de las manos, como si nos balanceáramos.
3º No debemos estirar los brazos. Hemos de aprender a mantener el equilibrio corporal con los codos flexionados, y para ello, podemos ayudarnos de unos bloques bajo las manos.
4º Ahora, cuando ya empezamos a despegar los pies del suelo, hemos de crear estabilidad llevando el rostro hacia delante. Confiamos en el apoyo de los brazos.
5º Llevamos nuestra mirada hacia la punta de la nariz para lograr que la mente se calme, perdamos el miedo y nos ayude a concentrarnos mejor.
6º Si ya hemos conseguido sostener la postura durante un par de respiraciones pero nos caemos, tranquilamente lo podemos volver a intentar hasta lograr llegar a cinco o seis respiraciones. Si estamos muy fatigados, ese será el momento en el que debemos ser honrados y permitirnos un respiro hasta la próxima práctica.
Mucho ánimo y paciencia, con constancia todo es posible. Os proponemos esta práctica guiada por nuestra profesora Rina Jakubowicz donde nos acompaña, paso a paso, para enseñarnos Kakasana.
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Yoga en primavera
La primavera es época de renacer y resurgir. La naturaleza nos lo muestra en todo su esplendor; ella misma despierta del letargo invernal. La savia se mueve hacia arriba de nuevo para hacer despuntar la vida en sus brotes. Los pájaros anidan para criar a sus polluelos. Los ríos fluyen colmados de agua del deshielo. Si nos detenemos a observar seremos testigos de cómo la vida vuelve a nacer con energías renovadas.
En nosotros también ocurre el cambio, nuestro cuerpo despierta a la luz del sol después del largo invierno. Necesita movimiento para sacudirse el letargo. En primavera los parques se llenan de gente, desempolvamos las zapatillas de deporte y nos animamos a salir de nuevo a pasear, correr, montar en bicicleta… lo que sea con tal de salir al exterior y recibir los rayos y el calor del sol.
El yoga nos ayuda en esta transición entre estaciones si adecuamos nuestra práctica diaria a las necesidades que requiere nuestro cuerpo-mente.
Ahora deberemos buscar posturas que nos den calor y vitalidad. Es momento de crear una práctica estimulante que nos ayude a eliminar toxinas y activar el elemento fuego, relacionado con el plexo solar y la digestión y combustión de los alimentos.