Aceptar la vida
Aceptar la vida
Por: María González Santos | Jul. 10, 2017
Desde que incorporé la práctica de yoga y meditación en mi vida me gusta reservar pequeños espacios de tiempo durante el día para tan solo estar y observar.
Uno de mis lugares favoritos para ello, es un ventanal que está en la parte más tranquila de mi casa. Desde ahí, puedo disfrutar al observar un horizonte rodeado de arboles y de un exquisito silencio, tan solo se aprecia el canto de algunas aves.
Ese lugar, me devuelve al presente, al aquí y ahora. La naturaleza ayuda a tomar la vida tal y como es, cambiante y sencilla.
Cambiante, porque al igual que esos arboles van mudando sus hojas, y cambiando los matices de color, conforme pasan las estaciones, puedes darte cuenta de que la vida es igual, no hay un día igual que el anterior, y aunque nuestros objetivos e ideas tengan un propósito establecido, hay cosas que no dependen de nosotros y debemos aceptarlas.
Sencilla, porque hace falta muy poco para ser feliz, si prestamos atención nuestros momentos más felices han nacido desde nuestro interior, más bien son sensaciones de plenitud, bienestar y paz con todo lo que nos rodea.
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Aceptar no significa conformarse o sumisión, significa que tenemos que adaptarnos a las circunstancias.
En la vida al igual que en el yoga lo podemos apreciar continuamente. ¿Quien puede afirmar que cada día de práctica es igual al anterior?. Un día tu cuerpo es flexible y fluye en cada movimiento, otros en cambio te sientes rígido y con la mente más dispersa. Lo importante es ser consciente de ello, no abandonar, ni pensar que “eso no es para mi”, fluye, acepta la vida, en cada momento, mañana será diferente.
Ser conscientes de que todo es efímero, y de que nada es para siempre, es lo importante. Reservar “tiempo muerto” para no olvidarlo y volver a la vida cada mañana, con la convicción de que si abrimos bien los ojos y nuestro corazón podremos apreciar algo nuevo y autentico.
¡Acepta la vida!
Namasté
Si nunca has meditado y te gustaría probarlo, ésta es la práctica adecuada.
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Yoga en el embarazo
Cuando una mujer vive el maravilloso proceso de gestar a un hijo, también debe atravesar nueve meses caracterizados por profundos cambios, gran maduración y una fuerte inestabilidad emocional. Una persona adulta sana, nunca está sujeta a tantos cambios como durante el embarazo.
La práctica del yoga prenatal ayuda a la mujer a encontrar bienestar físico, mental y emocional para disfrutar del embarazo, llevar adelante una gestación saludable y conseguir un parto natural y activo. Además, se logra una mejor y más rápida recuperación posparto, lo que promueve la lactancia materna prolongada.
Si la mujer tiene la oportunidad de participar de clases grupales, el trabajo individual se enriquece con el intercambio de experiencias que se ponen en común después de clase, habilitando un espacio de encuentro para compartir información, disipar temores y calmar ansiedades. El simple acto de tomarse de las manos, ancla un presente de conexión entre las abuelas ancestrales, nuestras madres, mujeres, hermanas y la mujer que deviene en madre.
El yoga ayuda a generar conciencia profunda del cuerpo y los cambios sucedidos en él, lograr fortalecimiento y flexibilidad muscular para soportar el incremento de peso, aliviar tensiones en todo el cuerpo, especialmente en la zona lumbar, centralizar la pelvis evitando el incremento de la lordosis y otorgar conciencia de la pelvis, el útero y el canal de parto. Además promueve el contacto con otras mujeres embarazadas, lo que ayuda a disminuir la ansiedad, los miedos y dudas con respecto a las etapas del embarazo y la planificación del parto.
Finalmente, después del nacimiento, las clases post parto para mamás con sus bebés son una excelente opción para que la mujer pueda seguir contando con ese espacio de práctica física y espiritual sin alejarse del bebé. Estas clases están orientadas a aliviar tensiones, recuperar el suelo pélvico y encontrar equilibrio emocional a través de la respiración consciente que ayuda a alejar el cansancio y promueve una pronta recuperación post parto.