AHIMSA – Descubriendo el camino del amor
AHIMSA – Descubriendo el camino del amor
Por: Carla Sanchez | 21 marzo, 2017
La palabra sánscrita Himsa significa daño. El ser humano es experto en esta práctica tanto a nivel global como particular; no hay más que ver los efectos que nuestro egoísta modo vida está causando en el medio ambiente, los constantes conflictos bélicos entre países, las dificultades que tenemos a la hora de aceptar lo que es diferente, al comunicarnos y lo mal que nos tratamos a nosotros mismos en muchos aspectos.
La luz y la oscuridad forman parte de la naturaleza de todas las cosas. Un elemento sin el otro no puede existir, porque el contrario da sentido y potencia esas cualidades. Me gusta pensar que nuestra sombra o lado oscuro es lo que nos da perspectiva a la hora de brillar con intensidad.
La otra cara de Himsa es Ahimsa, “la no violencia”. Este término filosófico se enmarca en tradiciones religiosas como el Hinduismo, el Jainismo y el Budismo, promoviendo una actitud de respeto hacia la vida humana, animal y vegetal desde una convivencia pacífica, amable y armoniosa.
El gran reto comienza cultivando ese espíritu primero en ti para sembrarlo después en tu entorno. Porque una cosa que está clara, si el cambio no se produce en tu interior como semilla, difícilmente podrás lograr un cambio a tu alrededor.
Te invito a hacer un ejercicio sencillo
Intenta detectar al menos cinco formas de violencia hacia ti mismo de las que no eres consciente, créeme que hay muchas; te daré algunas pistas.
- Alimentarte mal es una forma directa de violencia hacia tu cuerpo, porque significa que no lo respetas ni lo amas con la devoción que deberías. Solo tienes uno y cuidarlo es la clave para poder pasar por esta vida teniendo la mejor experiencia posible.
- Fumar y beber son hábitos aceptados por la sociedad pero no por ello dejan de ser dañinos a niveles profundos, ya que potencias un estado de posible enfermedad. Son una manifestación muy clara de Himsa.
- No descansar adecuadamente es también un modo de hacerte daño. Dormir, proporcionarte momentos de calma, e incluso tener vacaciones son regalos que tu cuerpo y tu mente necesitan para mantener la salud.
- ¿Te has parado a pensar cuantas frases negativas pronuncias durante el día? un lenguaje positivo es importante para fomentar una actitud positiva. Revisa cómo te expresas y transforma tus palabras en mensajes amables hacia tu persona y hacia los demás.
- ¿Criticas a otros? hablar negativamente de una persona es un modo frecuente de violencia pasiva. Cuando no aceptamos algo de alguien se pone en relieve que no aceptamos un aspecto de nosotros mismos. Obsérvate.
El yoga nos invita a convertirnos en maestros de Ahimsa. La práctica te proporciona el terreno perfecto, tu propio cuerpo y tu mente, para descubrir los diferentes niveles de dureza a los que te sometes en tu día a día.
Forzar las posturas, el ansia de llegar más lejos, la frustración cuando no ves resultados, palabras negativas sobre tu anatomía o tus capacidades son infinitas maneras de maltratarte sin ninguna necesidad.
Ahimsa te empuja amorosamente hacia una actitud opuesta.
“Acéptate tal cual eres; mejora desde la constancia y no desde la presión; abandona la frustración y celebra tus avances; respeta tus límites físicos y disfruta de lo que sí puedes hacer; no tengas prisa por los resultados, porque deleitarse en el camino es la forma más hermosa de llegar a destino.”
Te animo a explorar Ahimsa sobre la esterilla acompañándome en mi última clase inspirada en este Yama.
Carla,
Namaste.
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La esencia del movimiento
El estilo Vinyasa se ha convertido en los últimos años en uno de los más populares, tanto en los centros de yoga como en las redes sociales, como Instagram o Youtube. Por todas partes podemos ver espectaculares vídeos y secuencias de yoga que muchas veces imitamos en casa sin la supervisión de un profesor.
Sin duda, es uno de los estilos más estéticos visualmente y su práctica, junto con la de Power Yoga o Asthanga, muy física y dinámica, tal vez conecta más con la idea del ejercicio que tenemos en Occidente.
Pero esto conlleva un riesgo: alejarnos de la esencia del yoga en cualquiera de sus estilos. De esa imprescindible y necesaria conexión entre cuerpo y mente, de esa ausencia de competición o ego que a veces nos lleva, tanto a profesores como alumnos, a querer hacer las clases más exigentes o complejas, o las posiciones más bonitas o estéticas, convirtiendo las clases, más en ejercicios gimnásticos o acrobáticos, que en verdaderas prácticas de yoga adecuadas a nuestras posibilidades y necesidades.
Como os decía, esto ocurre sobre todo cuando practicamos estilos como Vinyasa flow o Power yoga, donde la rapidez o la exigencia física nos pueden llevar no sólo a descuidar la técnica sino a desconectarnos de la respiración y hasta de nosotros mismos. ¿Qué queda entonces? Puro ejercicio físico, prácticas que pueden llevarnos a la extenuación física, a las lesiones y a la frustración, a pensar incluso que el yoga no es algo apto para nosotros. Y es una pena, porque de esa unión entre cuerpo, mente y espíritu que busca el yoga es de donde surgen precisamente todos sus beneficios.
Por eso en la práctica “Vuelve a la esencia del movimiento” os propongo parar, sentir, conectar en todo momento con la respiración y, sobre todo, disfrutar. De vuestro cuerpo, de las sensaciones y de vuestra práctica, sea cual sea. A través de esta secuencia os invito a estar conscientes de vuestra postura y especialmente de vuestra respiración para poder acompasarla con el movimiento, porque eso es realmente vinyasa.
En esta práctica y en cualquier otra que realices, tómatelo con calma, céntrate en lo que sientes en cada momento, muévete al ritmo que tú necesites, párate a hacer los ajustes necesarios en cada postura y escucha a tu cuerpo. Sólo así podrás viajar hacia tu parte más espiritual y descubrir los enormes beneficios mentales y emocionales que te aporta la práctica del yoga.