Anjaneyasana y Virabhadrasana I

Anjaneyasana y Virabhadrasana I

Anjaneyasana y Virabhadrasana I


By: Carla Sanchez  |  May. 09, 2016

Con frecuencia los principiantes en yoga, o alumnos que practican desde casa sin asistencia de un profesor, pueden encontrarse con dudas relativas a los detalles de colocación del cuerpo ¿qué hace una asana diferente de la otra si en apariencia la posición es casi idéntica?

Esta misma pregunta me la hacía hace poco una suscriptora de Aomm.tv que sigue frecuentemente mis clases. En respuesta hoy quiero hablarte de dos asanas que en imagen pueden parecerse bastante, pero que en su esencia son muy diferentes, Anjaneyasana y Virabhadrasana I o postura de la luna creciente y postura del Guerrero I respectivamente.

Veamos primero la estructura de cada de una de ellas.

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El prefijo “Anja” quiere decir forma, “ney” significa reducido y “asana” se refiere a la pose. Pertenece a la familia de las extensiones y la postura original se realiza con una rodilla apoyada, como variación avanzada esa misma pierna se estira. Su acción en el cuerpo es global actuando en las piernas, las caderas, el pecho, los hombros y la espalda principalmente. Se le ha dado el nombre de Luna creciente porque recuerda al dibujo de una media luna cuando se ejecuta correctamente y con gracia.

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“Virabhadra” es el nombre de un guerrero de la mitología hindú y “asana” se refiere a la pose en sí. Pertenece a la familia de las posturas de pie, suele practicarse junto dos variaciones más denominadas en su conjunto la “danza del guerrero”, y también como parte del saludo al sol de los estilos Ashtanga y Vinyasa. La palabra guerrero puede parecer extraña dentro del contexto del yoga, pero está conectada con su significado más sutil, el guerrero de luz que todos llevamos dentro.

Similitudes

– Ambas son posturas bilaterales, es decir, que hay que realizarlas con cada pierna.

– En ambas se elevan los brazos y se fortalecen los hombros.

– El esbozo de la postura es similar a primer golpe de vista cuando se trata de la variación con la pierna estirada de la Luna Creciente; en apariencia la mayor diferencia parece ser la colocación del pie.

– Son asanas muy energéticas y revitalizantes.

– Fortalecen en profundidad la musculatura de las piernas.

– Ambas tonifican la musculatura de la espalda.

– Las dos posturas implican desarrollo del equilibrio pese a no pertenecer a esa familia.

Diferencias

– Hay que tener en cuenta que el mayor parecido entre estas asanas se da cuando se realiza la variación de Anjaneyasana con la pierna estirada. Si la postura se hace con la rodilla en el suelo se ve claramente que son distintas, especialmente en la colocación de la espalda.

Anjaneyasana (tanto con la rodilla apoyada como estirada) es una extensión, un asana que curva la columna hacia atrás y abre el pecho intensamente (puedes saber más del tema en mi post sobre las extensiones en este link; mientras que Virabhadrasana I es una postura que mantiene la espalda recta y alineada con la pelvis. Pese a que podemos sentir que la espina dorsal se extensiona un poquito no es el objetivo buscado, la idea es mantener los hombros en línea con las caderas y alargar hacia arriba siguiendo la dirección de los brazos.

– La elevación de brazos en ambas posturas es distinta. En Anjaneyasana están separados al ancho de los hombros y buscan ir hacia arriba y hacia atrás cooperando con la extensión. En Virabhadrasana I los brazos se estiran hacia el cielo y las manos se unen en Kali mudra manteniendo la zona del cuello despejada; idealmente la mirada también es hacia arriba. Cuando no hay flexibilidad en los hombros se puede realizar con los brazos separados en paralelo igual que en la Luna Creciente, pero es solo una variación.

– En Virabhadrasana I el pie de atrás apoya en un ángulo de 45 grados generando una posición muy especial, ya que implica una rotación de la articulación de la cadera que la mantiene en apertura y suele ser desafiante para un principiante; en cambio la pelvis debe quedar de frente y alineada con el tronco. Por el contrario en Anjaneyasana pelvis y caderas están siempre de frente, y el psoas recibe un estiramiento intenso, para ello el talón no toca el suelo sino que se mantiene elevado sobre el apoyo de los dedos del pie.
Anímate a practicar seguidas las dos asanas en casa y observa todos los aspectos que he mencionado, presta atención a los detalles y poco a poco irás desarrollando la habilidad de percibir las diferentes sensaciones que estas dos bonitas posturas pueden ofrecerte a nivel físico, psíquico y energético.


 

Carla Sanchez

Profesora de yoga en aomm.tv y actriz. Practica yoga desde niña. El entusiasmo por la expresión y la conexión con el cuerpo son característica de su carácter. Recibe formación en Hatha yoga en la ‘Escuela Internacional’, y en Vinyasa Flow en Nueva York con ‘Evolation’


 



Yoga para el solsticio de invierno
El día del solsticio e invierno corresponde al día más corto del año; el sol sale más tarde por la mañana y el ocaso se produce antes en la tarde. A partir de aquí los días se irán alargando poco a poco. ¡BIEN!

El solsticio marca el inicio del invierno, una época del año en la que la oscuridad y el frío exterior incitan a la búsqueda del calor y la luz interior. Es la estación del año en que el cuerpo necesita más descanso y horas de sueño, además de alimentos que lo nutran y calienten en profundidad. El elemento que rige el invierno es el agua, relacionado con el chakra  y con los riñones y la vejiga.

Aunque el descanso es necesario, es muy importante no descuidar nuestro cuerpo. La práctica de yoga es especialmente beneficiosa por los movimientos armoniosos y fluidos y debido a la producción y liberación de hormonas como las endorfinas, que aportan una sensación de alegría y bienestar.

Hoy te proponemos una secuencia especial para celebrar la llegada del invierno y preparar tu cuerpo para los fríos días que se avecinan. Trabajaremos posturas que armonizan la energía en Svadhisthana chakra, que masajean y mejoran el funcionamiento del aparato genito-urinario, combinadas con asanas de descanso, que invitan a la introspección.

1. Comenzamos en Balasana o la postura del niño. Sentado sobre los talones con el tronco plegado sobre los muslos. La frente apoyada en el suelo y los brazos descansando orientados hacia atrás. Respira profundamente, sintiendo como todo tu cuerpo responde a esta actitud.

3. Gato – Vaca. Coloca las palmas de las manos en el suelo y levanta los glúteos de los talones, llevando el tronco paralelo al suelo. Al ritmo de tu respiración desentumece tu cuerpo redondeando la espalda al exhalar y arqueándola al inhalar. Realiza el movimiento lento, al ritmo que invita la estación en la que nos adentramos.

 

4. Adho Mukha Svanasana o el perro mirando al suelo.  Apoya los dedos de los pies en el suelo e inhalando eleva la pelvis hacia el cielo, estirando piernas y brazos. Desciende los talones al suelo y orienta el coxis al cielo. Deja caer la cabeza relajada entre los brazos y nutre la postura con una respiración profunda.

5. Vrksasana o postura del árbol. Lleva los pies entre las manos y con las piernas ligeramente flexionadas estírate hacia arriba. Lleva las manos delante del pecho en un mudra de oración. Manteniendo la pierna derecha extendida, dobla la izquierda y lleva el pie hacia arriba deslizándolo por el interior de la pierna derecha. Apoya la planta del pie en el muslo (cara interna) o por debajo de la rodilla,  abre la cadera y lleva la rodilla izquierda hacia la izquierda. Mantén tu árbol durante 5 o 6 respiraciones, deshaz la postura lenta y controladamente y repite con el otro lado.

6. Virabhadrasana I. Ve hacia atrás en tu esterilla y da un gran paso hacia delante con el pie derecho.  Inhalando eleva los brazos por encima de tu cabeza y al exhalar flexiona la rodilla derecha orientando el coxis al suelo y mira hacia arriba. Respira profundamente para ayudarte a mantener Virabhadrasana I con el pecho bien abierto. Después regresa atrás y repite todo el proceso con el otro lado, es decir adelantando el pie izquierdo.

7. Salabhasana o postura del saltamontes. Túmbate en el suelo boca abajo, coloca bajo tu cuerpo los brazos y codos bien juntos, cierra los puños con los pulgares dentro y lleva el mentón al suelo y la barbilla hacia delante. Respira al tiempo que estiras la pierna derecha, en la siguiente inhalación eleva la pierna bien extendida sin oscilar el cuerpo hacia un lado. Desciende y repite con la otra pierna. Ahora vas a elevar las dos piernas a un tiempo, ayúdate de tus brazos apoyados fuertemente en el suelo, y de tu respiración, ahora más enérgica y audible. Desciende, relaja los brazos y la cabeza.

8. Lleva los glúteos hacia los talones y descansa en Balasana o postura del niño.

9. Ustrasana o postura del camello. Incorpórate lentamente, y levanta los glúteos de los talones, apoya las manos en los talones o en los bloques que habrás colocado a los lados de tus pies. Lleva la pelvis hacia delante, arqueando tu espalda, y llevando la cabeza hacia atrás para mirar el cielo y hacer el arco más profundo. Haz varias respiraciones profundas en Ustrasana, abriendo bien el pecho y después deshaz la postura y vuelve a sentarte sobre los talones.

10. Baddha konasana. Siéntate en el suelo, junta las plantas de los pies delante de ti e inclina tu tronco hacia delante intentando mantener la columna estirada. Apoya las manos en los pies y relaja completamente todo el cuerpo.

11. Halasana o postura del arado. Incorpórate y túmbate boca arriba, con todo el cuerpo estirado. Dobla las rodillas y apoya los pies en el suelo. Al exhalar estira las piernas arriba, eleva la pelvis y el tronco y lleva los pies y las piernas por detrás de tu cabeza, hacia el suelo. Si no llegan tus pies al suelo, puedes apoyarlos en una silla o taburete (que habrás colocado previamente).  Apoya las manos en tu espalda, más tarde entrelazarás los dedos y estirarás los brazos en el suelo para perfeccionar Halasana. Mantén la postura con una respiración lenta y después deshaz cuidadosamente, bajando la espalda poco a poco al suelo.

12. Descansa en Savasana o postura del cadáver.

¡Feliz solsticio!

Te recomendamos la clase de Diana Naya ‘Flow invernal’, la encontrarás en este enlace.  O esta otra práctica guiada por Isabel Ward, 'Preparate para el invierno'.

 

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