Beneficios del Método Pilates

Beneficios del Método Pilates

Beneficios del Método Pilates

Beneficios del Método Pilates


Por: Vicky Timón  |  Mar. 31, 2013


Los medios de comunicación presentan este método de ejercicios como una de las mayores revelaciones dentro de  las terapias del movimiento. Cada vez somos mas conocedores de este método singular e incluso los médicos, que antes pensaban que la natación era el mejor ejercicio para todos aquellos a quienes les dolía la espalda y necesitaban moverse, ahora mandan a esa misma gente hacer pilates ¿Por qué?, ¿Qué tienen en común estas dos actividades?, ¿Qué las hace diferentes de las demás?

 
Al igual que el Pilates, la natación es un ejercicio sin impacto, por lo tanto su práctica no resulta lesiva para las articulaciones y, sin conocer la preparación física del paciente, es una recomendación segura para hacer ejercicio sin riesgo, siempre y cuando la técnica de nado sea la correcta.
 
El Método Pilates es un conjunto de ejercicios, en su mayoría sin impacto, pensado para trabajar la corrección postural, la fuerza, la elasticidad muscular y la flexibilidad articular sin lesionarse.
 
Los grupos musculares implicados en la realización de los ejercicios del método son los mismos que se utilizan diariamente, tanto en las tareas domésticas como en las laborales. Por lo tanto, se podría decir que este tipo de entrenamiento tiene mucho de funcional, es decir, el camino necesario para realizar los ejercicios nos va a entrenar para afrontar con éxito, y sin dolor posterior, los retos que la vida nos plantea cada día.
 
Además, pilates se hace en clase colectiva, grupos reducidos o entrenamientos personales, siempre bajo supervisión de un profesional, a no ser que el nivel de conocimiento de los ejercicios y del propio cuerpo sea lo suficientemente elevado como para practicarlo en soledad. Esta comunicación continua con el profesor impide que te lesiones y ayuda a que el progreso y los resultados se vean en poco tiempo.
¿Qué puedes conseguir entrenando de esta manera?
A nivel físico
A nivel mental
Aumento de la flexibilidad
Mejora de la salud mental
Aumento de la elasticidad
Aumento de la autoestima
Gran mejora en la agilidad
Reducción de los niveles de estrés
Aumento de la fuerza funcional
Mejora del sueño
Aumento de la salud física
Mejora en las relaciones sexuales
Recuperación del movimiento
Aumento de la confianza
Mejora del movimiento
Mejora en la capacidad de concentración
Reducción de lesiones
Aumento de la atención puntual
Aumento de la propiocepción
Mejora el equilibrio
Control de la respiración
Mejora de la postura
Disminuye  el dolor articular, las sobrecargas musculares y las inflamaciones articulares
 
¿Complemento o ejercicio principal?
 
Entrenar de manera habitual, dos o tres veces por semana, con el método pilates estaría realmente bien aunque, como siempre digo, dependerá del objetivo propuesto. Ten en cuenta que la resistencia que imprimen unos muelles o el peso del propio cuerpo nunca será tanta como la que te puedes poner en las máquinas o en el peso libre de una sala de musculación, por lo tanto el trabajo muscular con pilates estará mas orientado a la resistencia muscular y al trabajo postural que a la fuerza o a la hipertrofia.
 
El método se compone de muchos ejercicios y variantes, tanto en el suelo como en las máquinas, por eso sería viable diseñar un programa de entrenamiento de tres días a la semana sin caer en la monotonía, sin embargo no sería un programa de ejercicio completo pues nos estaríamos olvidando de otros aspectos de la forma física que también hay que trabajar, como el cardiovascular.
 
En flexibilidad y elasticidad le pongo una muy buena nota porque éstas se trabajan en casi todos los ejercicios ya sea de manera directa o indirecta.
 
Entonces ¿qué es lo que tenemos? un programa de ejercicios orientados al trabajo de mejora de la postura que repercute en una mayor agilidad, resistencia muscular, elasticidad y flexibilidad y que, además, disminuye la incidencia de lesiones y el dolor asociado a las sobrecargas musculares y articulares.
Vicky Timón es profesora en de pilates en Gaia.


 

Vicky Timón

Licenciada en Ciencias de la Educación Física por la UEM. Recibió formación como instructora de Pilates Suelo y Máquinas con las escuelas Stott, Polestar y con Gideon Avrahami. En 2007 crea su propio estudio de Pilates donde también imparte formación para nuevos profesores. En 2013 se titula en Osteopatía e la Universidad Reina Cristina.


 



La esencia del movimiento

El estilo Vinyasa se ha convertido en los últimos años en uno de los más populares, tanto en los centros de yoga como en las redes sociales, como Instagram o Youtube. Por todas partes podemos ver espectaculares vídeos y secuencias de yoga que muchas veces imitamos en casa sin la supervisión de un profesor.

Sin duda, es uno de los estilos más estéticos visualmente y su práctica, junto con la de Power Yoga o Asthanga, muy física y dinámica, tal vez conecta más con la idea del ejercicio que tenemos en Occidente.

Pero esto conlleva un riesgo: alejarnos de la esencia del yoga en cualquiera de sus estilos. De esa imprescindible y necesaria conexión entre cuerpo y mente, de esa ausencia de competición o ego que a veces nos lleva, tanto a profesores como alumnos, a querer hacer las clases más exigentes o complejas, o las posiciones más bonitas o estéticas, convirtiendo las clases, más en ejercicios gimnásticos o acrobáticos, que en verdaderas prácticas de yoga adecuadas a nuestras posibilidades y necesidades.

Como os decía, esto ocurre sobre todo cuando practicamos estilos como Vinyasa flow o Power yoga, donde la rapidez o la exigencia física nos pueden llevar no sólo a descuidar la técnica sino a desconectarnos de la respiración y hasta de nosotros mismos. ¿Qué queda entonces? Puro ejercicio físico, prácticas que pueden llevarnos a la extenuación física, a las lesiones y a la frustración, a pensar incluso que el yoga no es algo apto para nosotros. Y es una pena, porque de esa unión entre cuerpo, mente y espíritu que busca el yoga es de donde surgen precisamente todos sus beneficios.

Por eso en la práctica “Vuelve a la esencia del movimiento” os propongo parar, sentir, conectar en todo momento con la respiración y, sobre todo, disfrutar. De vuestro cuerpo, de las sensaciones y de vuestra práctica, sea cual sea. A través de esta secuencia os invito a estar conscientes de vuestra postura y especialmente de vuestra respiración para poder acompasarla con el movimiento, porque eso es realmente vinyasa.

En esta práctica y en cualquier otra que realices, tómatelo con calma, céntrate en lo que sientes en cada momento, muévete al ritmo que tú necesites, párate a hacer los ajustes necesarios en cada postura y escucha a tu cuerpo. Sólo así podrás viajar hacia tu parte más espiritual y descubrir los enormes beneficios mentales y emocionales que te aporta la práctica del yoga.

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A través de una combinación única de prácticas de yoga, meditación, transformación personal y salud alternativa, te ayudamos a mejorar todo tu ser a nivel físico, emocional y espiritual. Para que alcances tu mayor potencial junto a miles de personas que sienten como tú.


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