Ejercicio de pilates: Rodar como una pelota
Ejercicio de pilates: Rodar como una pelota
By: Gaia Staff | Aug. 26, 2014
*¡Atención! Todas aquellas personas que sufran un alto grado de desviación en la columna (escoliosis) o hayan padecido lesiones graves en la espalda, no deberán hacer este ejercicio.
PREPARACIÓN
Empezamos sentados en el extremo delantero de la colchoneta, buscando el equilibrio en la zona sacra (parte final de la espalda). Acercamos las rodillas flexionadas hacia el pecho dejando los pies en el aire. Nos cogemos por la cara externa de los tobillos abriendo ligeramente los codos hacia fuera. Recogemos con suavidad el mentón hacia el pecho, sintiendo cómo la nuca queda redonda en línea con el resto de la espalda.
En este momento nuestro powerhouse ha de estar ya conectado para mantener el balance del cuerpo en la posición. Al ahuecar el abdomen hacia dentro redondeamos nuestra espalda, queriendo simular una pelota.
¿CÓMO SE HACE?
-Inhala: dejamos caer el cuerpo hacia atrás, justo hasta la base de las escápulas y sin perder la forma de ‘pelota’, manteniendo el cuerpo en redondo.
-Exhala: subimos de nuevo con la ayuda del abdomen sin perder la curvatura de la espalda e intentamos mantener el equilibrio en la postura de inicio.
(Puede que al principio necesitemos apoyar los la puntita de los pies para lograrlo pero después alcanzaremos el control total)
PON TODA TU ATENCIÓN EN
– No perder la forma de ‘pelotita’: espalda redonda, escápulas conectadas y hombros lejos de orejas.
– Respetar el patrón respiratorio: inhalar al subir, exhalar al bajar.
– No impulsar la bajada para no ejercer presión en el cuello o impactar con las lumbares.
– Y sobre todo… ¡powerhouse activo! seguro que así no te desvías.
Es un ejercicio realmente sencillo y agradable. Ponemos a prueba nuestro equilibrio y control corporal. Que no te dé miedo… si te caes o te desvías, estás ya en el suelo con lo que no pasará nada.
Sigue practicando este y muchos ejercicios más de pilates en Gaia.
El sendero de Virya
El post de hoy está asociado a la segunda clase de mi nueva colección Sraddha, un conjunto de prácticas que no te puedes perder. Para diseñar esta clase me he inspirado en un concepto que se halla tanto en el ámbito hinduísta como el budista, VIRYA, traducido literalmente como fuerza, energía, vigor, valor, o ímpetu.
Estas cualidades están presentes en la práctica del Yoga, particularmente englobadas en la familia de las “asanas de fuerza”. La manifestación más obvia de este atributo es la física: un ejemplo es sostener la posición por largo tiempo, tener la musculatura bien definida y abordar mayor complejidad en la ejecución.
Pero este es solo un aspecto a tener en cuenta, porque la fuerza se construye siempre desde dentro hacia afuera, desde la actitud.
La manifestación más sutil de la fortaleza nace en el compromiso, que no es más que el acuerdo al que llegas contigo mismo a la hora de mejorar tu condición física y mental para comenzar a disfrutar de una vida más plena.