El objetivo de lo simple
El objetivo de lo simple
By: María González Santos | Jan. 17, 2017
Y de nuevo otro año llegó, y con él, abundantes agendas llenas de propósitos y metas por cumplir. Siempre ha sido así y seguirá siendo. Comenzar un nuevo año al parecer nos sirve como el pistoletazo de salida en el que nos damos cuenta o somos más conscientes (por un breve periodo de tiempo) de lo que nos gustaría hacer y no hacemos el resto del año.
Lo triste o la realidad es que esa aparente claridad dura poco, a las pocas semanas, por no decir días, nos dejamos caer nuevamente en nuestra “zona de confort” y todos esos sueños y promesas se van alejando, y nuestra vida vuelve a ser prácticamente la misma que teníamos el año anterior, quizá por pereza o porque lo que realmente necesitamos no es llenar nuestra vida ni nuestras agendas, sino todo lo contrario, vaciar y desprendernos de todo aquello que no necesitamos.
¿Alguien se ha marcado como objetivo buscar la simplicidad en su vida?, sería un buen comienzo, y quizá la solución para muchos de los problemas de esta sociedad.
Un solo objetivo, “simplificar”, honrar la austeridad y quedarse solo con lo que es realmente necesario. Acumular tan solo momentos para estar con nuestros seres queridos. Regalarse diariamente periodos de silencio para observar lo bello de la naturaleza, el vuelo de un pájaro, la robustez de un árbol o el sonido del viento. Huir de lo material, despejar espacio en nuestras vidas y en nuestra mente, no desperdiciar nuestra energía ni nuestro tiempo. Estar con uno mismo, meditar y escucharse para volver a conectar con nuestra verdadera esencia.
¿Hay algo más bello que tener como objetivo lo simple?. Yo creo que no.
¡Feliz año!
Namasté
Yoga y natación: estírate después de nadar
Yoga y natación forman un tándem perfecto, ya que las dos son disciplinas relajantes, que fortalecen el cuerpo y a la vez resultan suaves para las articulaciones.
Sin embargo, como ocurre en todos los deportes, la natación tiende a sobrecargar algunos grupos musculares olvidando los antagónicos. Aquí te proponemos 4 posturas de yoga para estirar después de nadar que te ayudarán a corregir estos desequilibrios.
Siddhasana. Siéntate en el suelo, dobla una pierna y acerca el talón a la pelvis. Dobla la otra pierna y déjala por delante de la primera. Deja que desciendan las rodillas hacia el suelo. Estira tu espalda hacia arriba, y lleva los hombros hacia abajo y atrás. Apoya las manos en los muslos y vuelve las palmas hacia arriba.
Gomukasana. Siéntate con las piernas estiradas, dobla la derecha y lleva el pie cerca de la cadera izquierda. Ahora dobla la pierna izquierda, pon la rodilla encima de la derecha y lleva el pie al lado de la cadera derecha. Estira el brazo derecho hacia el cielo, dobla el codo de manera que puedas tocarte la nuca con la mano. Lleva el brazo izquierdo hacia abajo pegado a tu costado, dobla el codo y orienta la mano hacia arriba por detrás de tu espalda. Intenta coger los dedos de una mano con la otra mano. Si no llegas puedes ayudarte con la toalla o un cinturón. Después repite con los brazos y las piernas cambiadas.