La práctica de Yoga

La práctica de Yoga

Desde el punto de vista del yoga una mente en calma es sinónimo de una vida plena y feliz. Lo contrario a una mente calmada es una mente que hace lo que quiere, que no solo no es libre, sino que va creando el caos que corresponde a que los pensamientos no útiles se cuelen en cualquier momento, cuando menos falta hacen y sin que decidamos hacerlo (o nos demos cuenta). Es decir, una mente que decide por nosotros.

Poner una mente en continuo movimiento a favor implica desarrollar la capacidad de detenerla a ratitos, colocarla en un objeto durante un tiempo e ir alargando esos periodos de tiempo de manera gradual, es decir, crear concentración. Solo desde ahí podemos usar la mente para algo positivo.

Pero ¿cómo lo hacemos? ¿cómo tomamos el control de la mente? ¿cómo ponemos nuestra mente a favor? . La práctica de yoga nos puede ayudar a conseguirlo.

Los textos antiguos definen yoga como:

  • Concentración y habilidad para colocar la mente en el punto que escojamos
  • Algún tipo unión: cuerpo – mente – espíritu, de nuestra esencia con la esencia universal

El trabajo del yoga implica:

  • Lograr un cierto nivel de control en el cuerpo físico de manera que las funciones fisiológicas trabajen en armonía a través de asana.
  • Calmar el sistema nervioso a través de la respiración.
  • Entrenamiento mental de forma que aprendamos a tener cierto dominio sobre la mente, sobre lo que hace y cómo direccionarla sin distracción a través de la meditación.

Un verso del siglo XIV del Hatha Yoga Pradipika dice: “Entre las prácticas de hatha yoga, asana se dice es la primera práctica, puesto que proporciona estabilidad, libera de las enfermedades y da ligereza al cuerpo”

Para el yoga nuestro cuerpo es una manifestación de nuestra mente. Pensamientos, emociones, sentimientos son almacenados y expresadas a través de nuestro cuerpo. Órganos, patrones de pensamiento y temperamento están interconectados. Cuando trabajamos con el cuerpo, también lo hacemos con la mente, el corazón y las emociones, todo al mismo tiempo.

Este verso indica que no hay separación entre cuerpo y mente ya que la práctica de asana beneficia al cuerpo, la mente y el sistema nervioso al mismo tiempo.

La práctica de yoga implica emprender una actividad desde la cual podemos empezar a hacer cambios positivos para nosotros mismos. Según los textos clásicos, Yoga Sutras de Patanjali, la práctica busca esencialmente tomar el control de tu mente, pero empezamos por tomar el control del cuerpo a través de asana porque es más sencillo acceder a lo físico (es tangible, lo vemos y experimentamos) que a lo mental. Sin embargo, y como hemos visto antes, dado que mente, cuerpo y espíritu son uno, cada una de estas áreas tendrá su efecto en las demás.


Te compartimos gratis esta meditación “Aquí y ahora”. Regresa al presente con esta breve meditación de 5 minutos guiada por Almudena Sánchez. Vive este momento presente, siente tus sensaciones y pensamientos. Tú eres libre. Descansa en la presencia.

Continúa…

El camino del yoga es tan fascinante como desafiante. Los textos también nos recuerdan que pongamos atención ya que hay ciertos elementos que indudablemente nos vamos a encontrar trabajando en nuestra contra a lo largo del proceso:

Cinco obstáculos: ignorancia (de no saber quién soy), ego (el personaje que voy creando en torno a mi narrativa personal), atracción, aversión, miedo a morir (en sentido figurado y literal). Son los denominados Kleshas o causas de sufrimiento que a su vez producen:

Nueve distracciones: enfermedad, apatía, duda, descuido, pereza, deseo, confusión o conocimiento erróneo, desilusión (pérdida de lo ganado) y pérdida de confianza. Estos impedimentos se hacen visibles en:

Cuatro síntomas: respiración agitada, temblor, depresión, agresión interna hacia nosotros mismos.

También señala que si trabajamos en el darnos cuenta de que no somos las perturbaciones de la superficie (las fluctuaciones mentales) poco a poco podremos superar los obstáculos y las distracciones y empezar así a vislumbrar lo que hay detrás dejando de confundir las perturbaciones con lo que es: el verdadero Ser, el que ve Svarupa= observador , nuestra naturaleza esencial y real.

Las prácticas nos ayudan a posicionar la mente de forma adecuada ante lo que se va presentando y de forma gradual ir cambiando la percepción de lo que se nos presenta. El testigo o el observador solo mira la realidad cambiante, y en ese espacio, en la distancia entre el observador y lo que sucede nace el discernimiento: de estar perdido en el cambio a ser consciente del cambio: si somos conscientes de ello no nos vemos perdidos en ello.

Las distracciones producto de los obstáculos son constantes pero la decisión de trabajar con ellas depende de nosotros. Si la felicidad y el significado son importantes para nosotros tenemos que hacer algo con el vehículo que nos lleva a través de nuestras vidas: mente, cuerpo, sistema nervioso y todas las emociones y facultades que lo acompañan, ahí nos ayuda el trabajo del yoga.

Según Hariharananda el estado natural de nuestra mente es el bienestar. Si solo nos relajamos y dejamos que la mente se calme podemos tocar ese estado natural y de esta forma cuanto más establecemos una relación con ese estado natural más se convierte en el rasgo de carácter subyacente de nuestra mente. Lo que encubre ese rasgo natural de bienestar es pensar demasiado, la velocidad de los pensamientos, las preocupaciones, ansiedad, ambición, enfado, ira, codicia, pereza. El trabajo de la práctica consiste en ralentizar e ir eliminando todas esos elementos de manera que la bondad y la luz están se manifiesten.

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Te compartimos el trailer de esta clase de yoga para principiantes disponible en Gaia. Tras tomar conciencia de tu cuerpo y tu mente, continuamos construyendo tu base. En la clase de yoga de hoy prestaremos especial atención a establecer una estructura estable desde tus pies y tus piernas para, que desde ahí, te puedas dirigir con seguridad hacia donde desees. 

 

Por su parte, en los Yoga Sutras se define práctica como el esfuerzo por mantener una mente estable, en calma

1.13: tatra sthitau yatno ́bhyasah
De éstos, la práctica es el esfuerzo mantenido para llegar a obtener estabilidad y calma

tatra: de estos dos (mencionados en el sutra anterior 1.12 abhyāsa-vairāgyabhyam tan nirodhaḥ “Se requieren tanto la práctica como la no reacción para detener los patrones de la consciencia” por eso dice “de estos”)

sthiti: firme, tranquilo, permanente (duradero, perdurable)
yatna: esfuerzo
abhyasa: práctica
sthitau comparte la misma raíz (origen) que la palabra en ingles «steady»
abhyasa es la práctica (de las 8 ramas, las cuales están enfocadas en lograr el estado de yoga)

Es muy difícil ganarle la batalla a la mente y extremadamente fácil perder todo es trocito de camino que llevamos recorrido. Por eso todo este trabajo, esta práctica, requiere de tiempo, mucho tiempo, mantenido sin interrupción nos dicen los textos para que se resuelva con éxito.

Si somos conscientes de que las distracciones son continuas pero que la decisión de estar ahí es nuestra porque vemos, sentimos y experimentamos que merece la pena a  través de los momentos en los que entramos en contacto con nuestro estado de bienestar natural, la transformación es posible.

“Observar lo que sientes en lugar de sentirte arrastrado por ello es un intenso ejercicio espiritual que transmuta los dolores del pasado. Una vez aprendido el principio básico de mantenerse presente como observador de lo que ocurre dentro de ti tienes a tu disposición la más potente herramienta de transformación” Eckhart Tolle

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Te compartimos esta práctica creada para ayudarte a encontrar tu equilibrio corporal y emocional a través de un recorrido por tu cuerpo y tu mente. Para ello, comenzaremos midiendo tu respiración e intenciones, para después pasar hacia un flow centrado en hallar tu balance interno y externo.

 



7 hábitos para empezar el día con buen pie

Resulta bastante obvio que la actitud con la que comenzamos el día por la mañana marcará el desarrollo de los acontecimientos durante el resto del día, no tanto por lo que ocurra, sino por la percepción que tengamos de lo que sucede y nuestro estado de ánimo. Os proponemos adoptar siete hábitos que harán que vuestro día sea más agradable y productivo desde el momento mismo en que suena el despertador.

1. Acuéstate pronto la noche anterior. Es tentador quedarse despierto hasta tarde cuando todos duermen y la casa está en silencio. Pero trasnochar pasa factura al día siguiente. Habituarse a dormir las horas que el cuerpo necesita es la mejor manera de empezar bien el día.

2. Madruga. Levántate temprano y sin prisa. Pon el despertador quince minutos antes de la hora normal. Puede que cuando suene por la mañana sientas deseos de estamparlo, pero te animamos a que tu voluntad sea más fuerte que la pereza y sigas adelante con las demás propuestas. Si te acostaste pronto, te costará menos levantarte.

3. Sé agradecido. Dedica el primer pensamiento del día a agradecer que estás vivo. Da gracias por tener la oportunidad de aprender algo nuevo con cada conflicto que se te presenta, y agradece el nuevo día que se te brinda como el mejor regalo.

4. Medita. Siéntate en un lugar elegido para ello, limpio en el que no vayas a ser molestado o distraído. Medita durante 20 o 30 minutos, o sólo 10 si no tienes más tiempo. Puedes poner una alarma para no tener que estar pendiente de la hora. Si no o has hecho nunca: siéntate en una postura cómoda con la espalda recta. Relaja el abdomen y respira libremente. Pon tu atención mental en la respiración, concretamente en la sensación que se produce en tus fosas nasales cuando el aire entra y sale. Cada vez que tu mente se distraiga con otra cosa, sólo vuelve a la respiración. Una y otra vez. Amablemente y sin reproches. Aquí tienes una meditación guiada con la que puedes empezar a practicar.

5.   Saluda al Sol. Es perfecto para hacerlo por la mañana y desentumecer el cuerpo. Tiene multitud de beneficios para el cuerpo y la mente y no te llevará más de unos minutos. Puedes hacer tantos ciclos como quieras o te permita el reloj. Empieza más lento y a medida que tu cuerpo vaya calentándose incrementa la intensidad. Esta clase es perfecta para aprender a practicarlo.

6. Toma un desayuno completo. Dedica el tiempo necesario a alimentar tu cuerpo. Dicen que el desayuno es la comida más importante del día, y si has conseguido levantarte temprano, meditar y después hacer un poco de yoga, a estas horas debes estar hambriento. Si tomas fruta, que sea lo primero. Mientras preparas lo demás, dará tiempo a que se digiera. Después lo que tomes habitualmente, cereales, muesli, tostadas, café, te o infusión.

7. Regala amabilidad. Dedica una sonrisa, un abrazo, un momento de ternura a los miembros de tu familia. Si vives solo, hazlo con la persona que te apetezca, el portero, un compañero de trabajo, amigo o vecino. Recuerda que la vida es como un boomerang, aquello que damos nos será devuelto.

El famoso “empezar el día con buen pie” es responsabilidad nuestra, y no un regalo venido del cielo.

Namaste

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