Las claves de la meditación

Las claves de la meditación
Por: Cristina Herrero Puig | Jul. 10, 2013
Si bien las tradiciones espirituales se han valido de la meditación como medio para conectar con el espíritu, y han sido ellas las que han transmitido esta práctica a lo largo de la historia hasta nuestros días, lo cierto es que la meditación no tiene porqué estar asociada a ningún tipo de práctica ni doctrina religiosa. De hecho, en el mundo actual hay una gran cantidad de meditadores que se benefician de tan poderosa herramienta sin pertenecer a ninguna religión por ello.
La meditación es una práctica que permite al ser humano ampliar su atención y llevarla hacia los procesos internos, conduciéndole así a un mayor conocimiento de uno mismo. Consiste en dirigir y concentrar la mente en una única cosa, que puede ser la respiración, la imagen de un maestro, un sonido o mantra, una emoción positiva que deseamos cultivar, la observación de los procesos mentales, etc. Esta concentración debe ser imperturbable ante la multitud de procesos mentales que nos abordarán, y mantenida durante un tiempo suficientemente prolongado.
¿Parece fácil? Puede serlo si tenemos la motivación y determinación necesarias, además de unas nociones básicas para comenzar nuestra práctica. ¿Qué mayor motivación puede haber que lograr ecuanimidad ante los sucesos que la vida nos presenta, mantener la serenidad cuando emociones negativas nos invaden, o ganar en disciplina y capacidad de concentración? Éstas son algunos de los beneficios que recibiremos si practicamos con constancia.
Otra buena noticia es que no es necesario pasarse horas sentado, ni años de práctica. Siendo meditador novel y dedicando apenas unos minutos al día, también te beneficiarás enormemente con la práctica de la meditación.
¿Cómo meditar entonces? ¡MEDITANDO!
Tres son las claves para establecer la práctica de la meditación en tu vida: la postura, la respiración y la atención.
La postura
Busca un lugar tranquilo donde no vayas a ser interrumpido. La postura recomendada para meditar es sentado con la espalda erguida y el pecho abierto para que fluya correctamente la respiración. En caso de enfermedad también se puede practicar tumbado, pero es más fácil caer en la distracción y el sueño.
Siéntate sobre un zafu o cojín de meditación con las piernas cruzadas en la postura del loto, medio loto, “siddhasana” o en la postura fácil, como los indios. Si no dispones de un zafu, cualquier cojín grueso o una manta doblada harán la misma función. Las rodillas deben estar firmes en el suelo. En caso de que no bajen hasta el suelo, coloca algún cojín debajo para apoyarlas.
Estira la columna vertebral hacia arriba para mantener el tronco erguido. Extiende la nuca por detrás y baja ligeramente el mentón en actitud de humildad ¡sólo ligeramente!. De esta forma las cervicales se encuentran estiradas y sin tensión. Los hombros deben estar relajados, las manos apoyadas sobre las piernas o en el regazo.
Cierra los ojos suavemente y apoya la punta de la lengua en el paladar, donde nacen los dientes. Relaja el rostro y adopta un gesto amable. Puedes reposar las manos sobre las piernas formando “jnana mudra”, o el gesto del conocimiento. Índice y pulgar de cada mano se tocan, y el resto de los dedos permanecen extendidos, con las palmas de las manos hacia arriba. La tradición budista recomienda el gesto del vacío: las manos vueltas hacia arriba, la derecha sobre la izquierda, las puntas de los dedos pulgares se tocan. Las manos forman en esta postura un cuenco vacío. También puedes entrelazar los dedos simplemente y dejar que las manos descansen en el regazo, o incluso apoyar suavemente las manos sobre los muslos.
La finalidad de la postura es mantener el cuerpo estable e inmóvil durante un tiempo más o menos prolongado (entre 20 y 40 minutos), así que es importante que te encuentres cómodo. Aún así, al cabo de unos minutos seguramente surja alguna molestia o incomodidad. Procura mantener la postura en la inmovilidad ya que el cuerpo es reflejo fiel de la mente: si la mente se agita el cuerpo también lo hace.
También se puede meditar sobre un taburete o una silla. En este caso, no apoyes la espalda en el respaldo. Los pies deben estar firmemente apoyados en el suelo, separados entre sí a una distancia equivalente al ancho de los hombros, y las manos descansando en los muslos o formando un “mudra. Es importante bascular ligeramente la pelvis hacia delante para respetar la curvatura lumbar natural. Visita nuestra sección de meditación para encontrar distintas posturas para meditar.
Utiliza cuantos soportes, cojines o mantas necesites, y no olvides tener un chal o manta ligera para cubrirte si sientes frío durante la práctica.
La respiración
La respiración debe ser principalmente abdominal. Respira por la nariz, tanto para inhalar como para exhalar. Relaja los músculos del abdomen y permite que se muevan libremente al ritmo de tu respiración. No trates de forzarla ni cambiar su ritmo, deja que fluya de manera natural, al cabo de unos minutos, lo más probable es que sea más lenta y tranquila.
La atención
Focaliza tu atención de manera sostenida en un único punto. La respiración puede ser un sostén magnífico, ya que siempre nos acompaña, nos ayuda a conectar con nuestro cuerpo y nos trae de vuelta al momento presente. Lleva tu conciencia a las sensaciones que se producen en las fosas nasales cuando respiras. Tal vez sientas un cosquilleo, o notes la temperatura del aire. Sea lo que sea, solo siente y observa. No le pongas nombre ni etiqueta. No importa “lo que es”, importa que “es”. Cada vez que descubras que te has dejado arrastrar por un pensamiento, simplemente regresa a la respiración. Una y otra vez. No se trata de detener los pensamientos, ni dejar la mente en blanco. Es importante que sepas que la función de la mente es pensar; y es muy buena en su trabajo. No puedes dejar de pensar voluntariamente, es una contradicción, ya que el mero hecho de querer parar los pensamientos, nace de un pensamiento. Lo que si puedes hacer es observar esos pensamientos que vienen y van, hazte consciente de ellos, no permitas que vaguen por tu mente sin darte cuenta de ello.
Tú no eres los pensamientos que pasan por tu mente, ni siquiera eres la mente pensante. Eres el observador que tiene una mente que piensa.
Este proceso de observación y des-identificación con los procesos mentales, logra que los pensamientos vayan aquietándose. Es decir, entre uno y otro existe un breve espacio sin pensamientos. Ese espacio poco a poco se va ampliando. Aunque siempre habrá pensamientos, nuestra atención estará más entrenada para observarlos con desasimiento en lugar de dejarnos llevar por ellos.
Si bien la práctica de la meditación puede parecer en apariencia fácil, lo cierto es que se trata de un camino duro, repleto de obstáculos que superar. La meditación trae a la luz de la consciencia las sombras, miedos y bajezas que tenemos enterradas en lo más profundo de nuestro inconsciente. Cada uno de ellos es un escollo que superar en la difícil escarpada hacia el auto-conocimiento. Por ello es necesario tener una motivación clara, y cargarse de grandes dosis de voluntad y amabilidad.
Sé amable contigo, no te tortures ni castigues, y continúa en el camino. Si aconsejamos tan efusivamente la integración de la meditación en tu vida diaria, no es sino desde el absoluto convencimiento de que meditar es lo mejor que puedes hacer por ti mismo, y en consecuencia, por los demás.
Si quieres empezar a meditar puedes hacerlo con el programa ‘Yoga Ritual: Meditaciones’. Si ya eres meditador y te gusta seguir prácticas guiadas, en Gaia puedes encontrar diversidad de prácticas guiadas por diferentes profesores expertos en meditación. Las encontrarás en este enlace.
¡Feliz y consciente práctica!
Cristina Herrero es profesora de yoga y meditación en Gaia.
Aliviando Ansiedad y Miedos

Frecuencia 432 Hz: para qué sirve y cómo conectar con su poder

La frecuencia 432 Hz es una afinación musical utilizada desde la antigüedad por distintas culturas debido a su efecto armonizador en el cuerpo y la mente. Su sonido resuena con patrones matemáticos presentes en la naturaleza y es considerada una herramienta para el bienestar y la expansión de la conciencia. En este artículo exploramos qué es la frecuencia 432 Hz, sus aplicaciones y cómo integrarla en la vida diaria.
Tabla de Contenidos
- ¿Qué es la frecuencia 432 Hz?
- ¿Para qué sirve la frecuencia 432 Hz?
- Diferencias entre la frecuencia 432 Hz y la 440 Hz
- Cómo utilizar la frecuencia 432 Hz en tu vida diaria
¿Qué es la frecuencia 432 Hz?
La frecuencia 432 Hz es una afinación musical que mantiene una relación matemática con la naturaleza y el universo. Está en sintonía con la proporción áurea, presente en la estructura del cuerpo humano y en patrones como la sucesión de Fibonacci. Su sonido es más armónico y equilibrado en comparación con la afinación estándar de 440 Hz.
Diferentes civilizaciones han empleado esta frecuencia en sus prácticas espirituales y ceremoniales. En la antigua Grecia, la música pitagórica se basaba en escalas matemáticamente perfectas, mientras que en Egipto y la India se usaban sonidos específicos para inducir estados de meditación profunda. Muchos instrumentos antiguos estaban diseñados para vibrar en 432 Hz, lo que sugiere un conocimiento intuitivo de su impacto en la conciencia.
En la serie El sonido de la creación, disponible en Gaia, expertos como Gregg Braden y el Dr. Robert Gilbert exploran la relación entre el sonido, la geometría sagrada y la vibración del universo. A través de descubrimientos científicos y conocimientos ancestrales, esta serie revela cómo ciertas frecuencias pueden influir en la percepción y el bienestar humano.
¿Para qué sirve la frecuencia 432 Hz?
La frecuencia 432 Hz tiene múltiples aplicaciones en la armonización del cuerpo y la mente. Su vibración equilibrada influye en el estado emocional, la concentración y la salud energética. A continuación, algunas de sus principales funciones:
- Relajación profunda: Disminuye el ritmo cardíaco y la actividad cerebral, reduciendo el estrés y la ansiedad. Su sonido genera un efecto calmante que facilita la meditación.
- Mejora de la concentración: Aumenta la claridad mental y favorece el enfoque. Escuchar música en esta frecuencia durante el estudio o el trabajo mejora la retención de información.
- Equilibrio energético: Alinea el flujo de energía en el cuerpo y armoniza los chakras. Su vibración restaura el bienestar físico y emocional.
- Mayor conexión con la naturaleza: Resuena con la frecuencia de la Tierra, fortaleciendo la sensación de unidad con el entorno. Escucharla al aire libre potencia sus efectos beneficiosos.
- Inducción al sueño reparador: Favorece una relajación progresiva que facilita el descanso profundo. Su uso antes de dormir ayuda a mejorar la calidad del sueño.
- Sanación emocional: Libera tensiones acumuladas y equilibra el sistema nervioso. Su vibración actúa sobre el subconsciente, promoviendo el bienestar emocional.
- Estimulación de la creatividad: Activa zonas del cerebro relacionadas con la inspiración y la imaginación. Es ideal para potenciar la creatividad en disciplinas artísticas y expresivas.
Diferencias entre la frecuencia 432 Hz y la 440 Hz
La frecuencia 432 Hz y la 440 Hz se utilizan para afinar instrumentos musicales, pero generan efectos distintos en quienes las escuchan. Actualmente, la afinación estándar de la mayoría de la música está en 440 Hz, una frecuencia establecida de manera oficial en el siglo XX. Sin embargo, la 432 Hz ha sido utilizada en diversas tradiciones por su sonido más armónico y su capacidad para inducir estados de relajación.
Muchas personas perciben la música en 432 Hz como más suave y equilibrada, mientras que la 440 Hz puede sentirse más tensa y estimulante. Por esta razón, la 432 Hz es preferida en prácticas de meditación, sanación y bienestar. Aunque ambas frecuencias pueden generar respuestas emocionales y físicas, la 432 Hz se ha convertido en una alternativa popular para quienes buscan una experiencia sonora más armoniosa y profunda.
Cómo utilizar la frecuencia 432 Hz en tu vida diaria
Incorporar la frecuencia 432 Hz en la rutina diaria es una forma sencilla de promover el bienestar y el equilibrio emocional. Puedes escuchar música afinada en 432 Hz durante la meditación, al despertar, mientras trabajas o antes de dormir. También es útil en sesiones de yoga, masajes o cualquier práctica de relajación, ya que su vibración favorece la concentración y la armonización energética.
Música 432 Hz para meditar y equilibrar la mente
La meditación con música en 432 Hz potencia la relajación y facilita la conexión con el momento presente. Su vibración genera un estado de calma mental, reduciendo el ruido interno y permitiendo una experiencia meditativa más profunda. Muchas personas la utilizan para aliviar la ansiedad, mejorar la concentración y potenciar la introspección.
Un ejemplo de esta frecuencia puedes encontrarlo en la serie Universo Fractal: Meditaciones para Elevar la Consciencia, disponible en Gaia, donde se exploran patrones de sonido y geometría que facilitan estados de meditación profunda. El primer episodio utiliza una frecuencia basada en la resonancia Schumann, relacionada con la vibración natural de la Tierra, lo que permite sincronizar la mente con un estado de equilibrio y expansión.
Uso de la frecuencia 432 Hz para la sanación energética
La frecuencia 432 Hz es utilizada en terapias de sonido para equilibrar la energía del cuerpo y liberar bloqueos emocionales. Se cree que su vibración armoniza los chakras y mejora el flujo de energía vital, lo que la hace efectiva en prácticas como reiki, terapia de sonido con cuencos y sesiones de sanación vibracional.
Escuchar esta frecuencia mientras se realizan ejercicios de respiración o visualización puede potenciar sus efectos. Su sonido genera una sensación de bienestar y estabilidad, ayudando a restaurar el equilibrio emocional y físico. Por esta razón, muchas personas la incorporan en su proceso de sanación y autoconocimiento.
Cómo escuchar música 432 Hz para dormir mejor
La música en 432 Hz es una herramienta efectiva para mejorar la calidad del sueño y reducir la ansiedad antes de dormir. Su sonido suave y envolvente desacelera la actividad mental, ayudando a que el cuerpo entre en un estado de relajación profunda. Escucharla durante unos minutos antes de acostarse puede facilitar la transición al sueño y reducir el insomnio.
Para potenciar sus efectos, es recomendable crear un ambiente tranquilo y sin distracciones. Puedes combinar la música con ejercicios de respiración lenta o con sonidos de la naturaleza en la misma frecuencia. Esta práctica ayuda a calmar el sistema nervioso y favorece un descanso más reparador.