Los hombres y el yoga

Los hombres y el yoga
By: Gaia Staff | Nov. 25, 2015
La práctica de yoga parece que siempre se ha asociado al mundo femenino porque en casi todas las clases de yoga, actualmente, predominan las mujeres; sin embargo, es un mero estereotipo sin fundamento.
Si nos remontamos unos cuantos miles de años atrás en la historia, casi 5.000, encontramos que en sus orígenes la práctica de yoga estaba reservada únicamente a los hombres. Como todo en la vida y en la historia va evolucionando, las mujeres tuvieron cabida en esta disciplina pero mucho tiempo después.
Hoy queremos abordar la relación y situación del sector masculino con el yoga. Existen tantos estereotipos al respecto, que muchos hombres han abandonado la idea de experimentar una clase antes de probarla. Tal vez estas afirmaciones nos resulten familiares:
‘Los hombres solo trabajan ejercicios de fuerza’
‘Esas posturitas que se hace en yoga no es masculino’
‘Los hombres no lloran, nada de ponerse sentimental en clase’
Frases de este tipo es lo que nos encontramos hoy en día en boca de muchos hombres, e incluso mujeres ¡Desterremos de una vez por todas esos mitos sin sentido ni fundamento!
Mirad los enormes beneficios que los hombres encontrarán en su esterilla:
1-. Si los hombres son más proclives a realizar trabajos de fuerza, con más razón, la práctica de yoga les ayudará a compensar los desequilibrios propios de los entrenamientos anaeróbicos. Las asanas (posturas) proporcionarán estabilidad y armonía a la musculatura, gracias al desarrollo de la flexibilidad, la coordinación y la conciencia corporal que la práctica habitual de yoga ofrece.
2-. Es verdad, que por cuestión genética y hormonal, lo usual es que nos encontremos con que las mujeres son más flexibles que los hombres. Pero, volvemos a estereotipar la situación, la persona no se adapta al yoga, sino que el yoga se adapta a cada persona.
3-. Eso de que los hombres no lloran y son menos proclives a mostrar sus sentimientos, es una patraña. Los hombres, como las mujeres, son personas que tienen una vida, un trabajo, una familia, unas experiencias, una mente… Hombres y mujeres, a todos nos afecta una preocupación, todos sentimos un momento de estrés, todos pasamos por estados anímicamente destructivos. La práctica de yoga nos acerca al autoconocimiento, a explorar por nuestros cuerpos y mentes, tanto en mujeres como en hombres. No ver que los hombres también se pueden beneficiar de estos dones de paz y serenidad que el yoga aporta, es muy grave.
Hombres del mundo, os invitamos a probar las mieles de esta disciplina milenaria y dejaros llevar por todas las bondades que su práctica implica… no lo podréis dejar.
Si a alguno se le ha despertado la curiosidad al leer este post, os recomendamos esta clase de nuestro profesor David Gª Avila “Enfoque y energía” para que podáis comprobar cómo no todo lo que se dice es verdad. Esperamos vuestras impresiones, comentarios, dudas…
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7 hábitos para empezar el día con buen pie

Resulta bastante obvio que la actitud con la que comenzamos el día por la mañana marcará el desarrollo de los acontecimientos durante el resto del día, no tanto por lo que ocurra, sino por la percepción que tengamos de lo que sucede y nuestro estado de ánimo. Os proponemos adoptar siete hábitos que harán que vuestro día sea más agradable y productivo desde el momento mismo en que suena el despertador.
1. Acuéstate pronto la noche anterior. Es tentador quedarse despierto hasta tarde cuando todos duermen y la casa está en silencio. Pero trasnochar pasa factura al día siguiente. Habituarse a dormir las horas que el cuerpo necesita es la mejor manera de empezar bien el día.
2. Madruga. Levántate temprano y sin prisa. Pon el despertador quince minutos antes de la hora normal. Puede que cuando suene por la mañana sientas deseos de estamparlo, pero te animamos a que tu voluntad sea más fuerte que la pereza y sigas adelante con las demás propuestas. Si te acostaste pronto, te costará menos levantarte.
3. Sé agradecido. Dedica el primer pensamiento del día a agradecer que estás vivo. Da gracias por tener la oportunidad de aprender algo nuevo con cada conflicto que se te presenta, y agradece el nuevo día que se te brinda como el mejor regalo.
4. Medita. Siéntate en un lugar elegido para ello, limpio en el que no vayas a ser molestado o distraído. Medita durante 20 o 30 minutos, o sólo 10 si no tienes más tiempo. Puedes poner una alarma para no tener que estar pendiente de la hora. Si no o has hecho nunca: siéntate en una postura cómoda con la espalda recta. Relaja el abdomen y respira libremente. Pon tu atención mental en la respiración, concretamente en la sensación que se produce en tus fosas nasales cuando el aire entra y sale. Cada vez que tu mente se distraiga con otra cosa, sólo vuelve a la respiración. Una y otra vez. Amablemente y sin reproches. Aquí tienes una meditación guiada con la que puedes empezar a practicar.
5. Saluda al Sol. Es perfecto para hacerlo por la mañana y desentumecer el cuerpo. Tiene multitud de beneficios para el cuerpo y la mente y no te llevará más de unos minutos. Puedes hacer tantos ciclos como quieras o te permita el reloj. Empieza más lento y a medida que tu cuerpo vaya calentándose incrementa la intensidad. Esta clase es perfecta para aprender a practicarlo.
6. Toma un desayuno completo. Dedica el tiempo necesario a alimentar tu cuerpo. Dicen que el desayuno es la comida más importante del día, y si has conseguido levantarte temprano, meditar y después hacer un poco de yoga, a estas horas debes estar hambriento. Si tomas fruta, que sea lo primero. Mientras preparas lo demás, dará tiempo a que se digiera. Después lo que tomes habitualmente, cereales, muesli, tostadas, café, te o infusión.
7. Regala amabilidad. Dedica una sonrisa, un abrazo, un momento de ternura a los miembros de tu familia. Si vives solo, hazlo con la persona que te apetezca, el portero, un compañero de trabajo, amigo o vecino. Recuerda que la vida es como un boomerang, aquello que damos nos será devuelto.
El famoso “empezar el día con buen pie” es responsabilidad nuestra, y no un regalo venido del cielo.
Namaste