Meditación natural
Meditación natural
By: David García Ávila | Jul. 20, 2016
Meditar es entre otras cosas favorecer conscientemente los procesos psicofísicos por los cuales la mente comienza a ralentizarse, a ir más despacio, a tranquilizarse.
Esto genera varios efectos, que serán de mayor calado cuanto mayor sea la serenidad alcanzada:
La mente, que normalmente va muy rápido (tanto que ni nos damos cuenta de lo que pensamos) tiene la oportunidad de refrescarse, de enfriarse como un coche que está recalentado y apagas el motor o al menos reduces mucho las revoluciones.
Aparece un nivel de relajación corporal desconocido hasta ese momento, que puede llegar a ser extremadamente profundo, incluso hasta el punto de literalmente dejar de sentir el cuerpo. Para su consecución es de gran ayuda la práctica habitual de yoga físico, ya que mantiene el cuerpo suave, flexible, fuerte y hace que fluya en él la energía con libertad.
Junto a ese nivel de relajación aparece uno más sutil pero más profundo, un nivel de calma que invade la esfera mental y nos capacita para acceder a otro punto de vista a cerca de la vida, y de sus acontecimientos mucho más completo, integrativo y objetivo.
Afluye una mayor lucidez a nuestros procesos mentales, y aumenta la claridad de nuestros pensamientos para solucionar problemas desde una óptica sin prejuicios y por tanto mucho más amplia y abierta.
Pero ojo que todo esto no tiene porqué tener lugar todas y cada una de las veces que uno se sienta a meditar. Porque meditar más que una práctica es un estado. Cuando se consigue entrar en él tienes la facultad de abrirte a todo lo que suceda mientras practicas, no estás posicionado en el deseo de que te suceda todo lo descrito en los párrafos anteriores, sencillamente permaneces abierto a cada suceso que acontezca sin querer modificarlo, sin deseo de que desaparezca o de que permanezca. Simplemente estás observando y es una observación absolutamente permisiva, sin rechazar nada, sin apegarse a nada, la atención fluyendo momento a momento en una serena alerta.
Cuando no se logra entrar en ese estado de calma y serenidad simplemente hay que tomarlo como parte de nuestra práctica y permitir que así sea.
Por supuesto que existen técnicas, algunas más efectivas que otras, y algunas más indicadas que otras dependiendo de nuestro estado de atención al acometer la práctica. También hay diferentes métodos de meditación para desarrollar este “yoga interno”. Pero más allá de todos ellos está ese “estado”, denominado sakshi, la consciencia testigo. Cuando sakshi aparece uno está por encima de los pares de opuestos, pero no porque lo digan los textos sino porque de verdad lo experimentas. Y aplicando correcta y coherentemente un buen método se puede vivenciar sin grandes dificultades. Ahora eso sí, el tiempo que puedas permanecer en ese estado de consciencia dependerá de la dedicación que pongas y de la energía que inviertas, claro está.
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Posturas de yoga preferidas por las mujeres
Hoy nos atrevemos a apostar por cuáles son las posturas que más gustan a las mujeres. Basándonos en las preferencias que escuchamos de nuestras alumnas, las hemos resumido en estas cuatro, pero nos encantaría saber cuál es la postura que a ti más te gusta y porqué.
Tal vez en la siguiente lista te encuentres identificada en alguna:
1-. VIRABHADRASANA II” (Postura del guerrero II)
Con esta postura las mujeres sienten cómo se fortalecen sus muslos, glúteos y caderas. Aporta equilibrio y armonía a la postura. Hacer el guerrero II requiere de mucha energía, por lo que se debe respirar profundamente, al tiempo que los brazos y las piernas se mantienen firmes.
2-. UTKATASANA” (Postura de la silla)
A muchas mujeres les gusta mucho esta resistente postura porque a través de ella sienten cómo trabajan las nalgas. Además con ‘la silla’ se fortalecen el vientre, la espalda y los muslos. Es fundamental que al flexionar las rodillas, nunca más allá de la punta de los pies, la columna se mantenga lo más larga posible, sintiendo una línea continua desde la coronilla hasta el coxis. Los hombros deben de estar relajados y buscan formar parte de esa línea entre coronilla y coxis.
3-. VRKSASANA” (Postura del árbol)
Cuando sentimos la mente dispersa, la postura del árbol nos ayuda a aumentar nuestra capacidad de concentración y calmar la mente. Mejora el equilibrio, fortalece los tobillos, las caderas y rodillas. Es importante que el pie que se apoya en la otra pierna no lo haga nunca sobre la rodilla, ya que es un punto articular del cuerpo fundamental sobre el que no debe recaer un sobre peso innecesario. Para ello te recomendamos que si no llegas a colocar el pie en la cara interna del muslo contrario, lo hagas en el tobillo.
4-. SETU BANDHASANA” (Postura del puente)
Con esta extensión se fortalece y se abre el pecho, las caderas, la espina lumbar y la cara anterior de los muslos. Para las mujeres es un estiramiento excelente después de cualquier sesión de ejercicio físico, ya que el puente actúa directamente sobre el sistema nervioso. Al deshacer la postura se puede realizar de manera dinámica, articulando la columna en la bajada vértebra a vértebra, percibiendo como cada hueso vertebral se coloca sobre el suelo.