Paschimottanasana y Uttanasana
Paschimottanasana y Uttanasana
By: Carla Sanchez | Jan. 22, 2016
En el Yoga hay posturas que se parecen mucho, algunas resultan fáciles de confundir y en otras es llamativo observar que el dibujo del cuerpo es casi el mismo pero con cambios de ángulo. Es el caso de Paschimottanasana y Uttanasana; podría decirse que son prácticamente la misma posición realizada de pie y en el suelo, y aunque comparten beneficios y una construcción aparentemente similar, las diferencias marcan claramente que son asanas distintas.
Vamos a identificarlas.
Paschimottanasana: también denominada postura del “libro” o de “la pinza” , por la figura de cierre que forma el tronco sobre las piernas, significa “cierre de lo posterior” , paschima/ el oeste – Ttan/ estiramiento, refiriéndose al oeste como toda la zona posterior del cuerpo, piernas y espalda. Su traducción más esotérica quiere decir “subiendo hacia el oeste”. Es una de las principales asanas de flexión hacia adelante.
Uttanasana: es una flexión de caderas y columna hacia adelante que se ejecuta pie; coloquialmente recibe también el nombre de “postura de la pinza de pie” y facilita un estiramiento profundo de la parte posterior del cuerpo, bajo la influencia de la acción de la gravedad.
Es una asana básica y además una transición entre posturas, ayuda a deshacer tensión y a recuperar vitalidad, así que es frecuente realizarla de forma repetida a lo largo de una práctica.
Similitudes:
– Ambas son una flexión de caderas hacia adelante.
– Generan un intenso estiramiento en la parte posterior de las piernas, de la espalda y la nuca.
– Los brazos de las dos posturas son activos, la sujeción de los pies o los tobillos, piernas, o cinturón en Paschimottanasana, es fundamental para alargar la espalda y profundizar en la flexión de las caderas.
– Ambas relajan en sistema nervioso.
– Son asanas que favorecen una respiración profunda, tranquila y combaten los estados de ansiedad y el insomnio.
– En las dos posturas se masajea el abdomen y los órganos pélvicos, favoreciendo que se relajen y se regulen sus funciones.
Diferencias:
– Aunque las dos son poses que crean un efecto de descanso, Uttanasana se realiza de pie y por lo tanto es más activa, el efecto de estiramiento en las piernas es más intenso por el apoyo de la planta.
– Otra de las diferencias es la posición del tronco. En Uttanasana queda colgando hacia abajo, el estiramiento de la espalda es pasivo ya que se produce por la fuerza de la gravedad y el peso.
– Se deshace tensión en el cuello y la sangre fluye hacia el cerebro como en las inversiones, es decir, que el corazón queda por encima de la cabeza como en posturas como Sarvangasana, la vela, o Sirsasana.
– Uttanasana pertenece a la secuencia de calentamiento de Saludos al Sol. Durante una práctica suele colocarse entre las asanas de pie y tiene la función de transición, descanso activo entre posturas para recuperar fuerza y elongar toda la parte posterior del cuerpo.
– Por el contrario Paschimottanasana suele colocarse en el bloque final de una serie, cuando el ritmo empieza a descender y se pasa a las posturas de suelo.
– El trabajo del tronco es activo en Paschimottanasana, la flexión de caderas nace desde el alargamiento de la espalda hacia arriba y hacia adelante, la musculatura está despierta y recibiendo dirección intencionadamente.
Con esta información puedes seguir practicándolas poniendo más conciencia en los detalles y profundizando en la percepción de tus sensaciones.
¡Qué las disfrutes!
Yoga en primavera
La primavera es época de renacer y resurgir. La naturaleza nos lo muestra en todo su esplendor; ella misma despierta del letargo invernal. La savia se mueve hacia arriba de nuevo para hacer despuntar la vida en sus brotes. Los pájaros anidan para criar a sus polluelos. Los ríos fluyen colmados de agua del deshielo. Si nos detenemos a observar seremos testigos de cómo la vida vuelve a nacer con energías renovadas.
En nosotros también ocurre el cambio, nuestro cuerpo despierta a la luz del sol después del largo invierno. Necesita movimiento para sacudirse el letargo. En primavera los parques se llenan de gente, desempolvamos las zapatillas de deporte y nos animamos a salir de nuevo a pasear, correr, montar en bicicleta… lo que sea con tal de salir al exterior y recibir los rayos y el calor del sol.
El yoga nos ayuda en esta transición entre estaciones si adecuamos nuestra práctica diaria a las necesidades que requiere nuestro cuerpo-mente.
Ahora deberemos buscar posturas que nos den calor y vitalidad. Es momento de crear una práctica estimulante que nos ayude a eliminar toxinas y activar el elemento fuego, relacionado con el plexo solar y la digestión y combustión de los alimentos.