Postura de yoga: Dhanurasana o el arco
Postura de yoga: Dhanurasana o el arco
By: Gaia Staff | Mar. 18, 2014
Dhanu significa arco. En esta postura el cuerpo se asemeja a un arco en tensión. Esta es una postura clásica de yoga de grandes beneficios pero no siempre fácil, sobre todo al principio. Es una combinación de la cobra y el saltamontes.
TÉCNICA
– Túmbate boca abajo en la esterilla con el cuerpo completamente estirado. Imagina que quieres crecer unos centímetros.
– Flexiona las piernas y sujeta los tobillos o los empeines con las manos. Los cinco dedos de la mano deben permanecer juntos (no se separa el pulgar) y coge el tobillo por el exterior.
– Todavía con el cuerpo y la cabeza en el suelo, haz dos respiraciones, volviendo a crecer.
– Durante la siguiente inhalación tensa el arco, es decir lleva los pies hacia atrás y arriba, elevando las piernas del suelo y manteniendo los brazos bien extendidos. Levanta la cabeza y el pecho del suelo.
– Exhalando desciende al suelo y descansa un momento.
– Vuelve a realizar el movimiento completo al ritmo de la respiración.
– En la siguiente inhalación vuelve a formar la postura y mantenla en la inmovilidad. El cuerpo debe quedar suspendido sobre el abdomen.
– Mantén la postura entre 20 segundos y un minuto, nutriéndola con una respiración cómoda.
– Desciende al exhalar, suelta los tobillos y descansa.
RECOMENDACIONES
– Asegúrate de que la postura de tus manos al sujetar los tobillos es la correcta: los cinco dedos están juntos y sujetan el tobillo por la parte externa.
– Separa ligeramente las rodillas para poder elevar las piernas.
– Trata de elevar los pies por encima de la cabeza, y no al revés.
– La pelvis no soporta el peso del cuerpo, es la zona abdominal.
– Los músculos de la espalda deben estar relajados ya que no son ellos los que elevan el tronco.
– Los brazos deben estar bien extendidos.
– Mantén las dos piernas elevadas a la misma altura, para ello junta las puntas de los pies.
– Aunque es una postura básica y clásica, no por ello es sencilla. Si llevas poco tiempo practicando, tienes poca flexibilidad en las aperturas o te cuesta especialmente hacer Dhanurasana, puedes entrenarte para ella, practicando “Bhujangasana”, Shalabasana y Ustrasana. Verás como en poco tiempo, podrás adoptar el arco sin grandes problemas.
BENEFICIOS
– Estimula los nervios espinales y el sistema nervioso simpático.
– Flexibiliza la columna vertebral y evita su envejecimiento prematuro.
– Previene la calcificación de las articulaciones vertebrales.
– Devuelve a la columna sus curvaturas naturales.
– Estira intensamente todos los músculos de la parte anterior del cuerpo.
– Se produce una fuerte presión intraabdominal, lo que favorece el funcionamiento de todos los órganos abdominales.
– Tonifica y descongestiona el plexo solar.
– Combate la celulitis y el sobrepeso.
– Mejora el funcionamiento de las glándulas suprarrenales, regulando la secreción de adrenalina y cortisol.
– Descongestiona el hígado.
– Combate el estreñimiento.
– Proporciona masaje a los riñones que mejora su función de eliminación.
CONTRAINDICACIONES
Las personas afectas de hernias deberán proceder con precaución y siempre bajo la supervisión de un profesional.
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Yoga en primavera
La primavera es época de renacer y resurgir. La naturaleza nos lo muestra en todo su esplendor; ella misma despierta del letargo invernal. La savia se mueve hacia arriba de nuevo para hacer despuntar la vida en sus brotes. Los pájaros anidan para criar a sus polluelos. Los ríos fluyen colmados de agua del deshielo. Si nos detenemos a observar seremos testigos de cómo la vida vuelve a nacer con energías renovadas.
En nosotros también ocurre el cambio, nuestro cuerpo despierta a la luz del sol después del largo invierno. Necesita movimiento para sacudirse el letargo. En primavera los parques se llenan de gente, desempolvamos las zapatillas de deporte y nos animamos a salir de nuevo a pasear, correr, montar en bicicleta… lo que sea con tal de salir al exterior y recibir los rayos y el calor del sol.
El yoga nos ayuda en esta transición entre estaciones si adecuamos nuestra práctica diaria a las necesidades que requiere nuestro cuerpo-mente.
Ahora deberemos buscar posturas que nos den calor y vitalidad. Es momento de crear una práctica estimulante que nos ayude a eliminar toxinas y activar el elemento fuego, relacionado con el plexo solar y la digestión y combustión de los alimentos.