Posturas de yoga: Matsyasana

Posturas de yoga: Matsyasana
Por: Gaia | Jun. 25, 2013
TÉCNICA
Sentado en el suelo con las piernas extendidas hacia el frente.
Inclinando un poco el tronco hacia atrás y a la derecha, coloca el codo derecho en el suelo. De la misma forma apoya en codo izquierdo en el suelo.
Lleva el pecho hacia delante y arriba lo más que puedas dibujando un arco en tu espalda.
Inclina la cabeza hacia atrás. Lentamente mueve los codos hacia delante hasta que logres apoyar la coronilla en el suelo.
La mirada vuelta hacia atrás, viendo el mundo del revés.
Mantén la postura durante un minuto como máximo y desciende la espalda hasta el suelo, observando levantar ligeramente la cabeza para evitar que ruede por el suelo.
RECOMENDACIONES
En la postura final, continúa con los codos apoyados en el suelo. Sólo para practicantes con larga experiencia recomendamos levantar los codos del suelo y apoyar las manos en los muslos.
Asegúrate de apoyar en el suelo la parte más alta de la cabeza, no la zona occipital.
Mantén las piernas bien extendidas.
Junta los labios y esfuérzate en estirar la parte anterior del cuello.
BENEFICIOS
Favorece la expansión del tórax y aumenta la capacidad respiratoria.
Regula el funcionamiento de la glándula tiroides.
Colabora en la apertura de la articulación de los hombros.
Fortalece los músculos del cuello, la espalda, el cinturón abdominal.
El sistema nervioso simpático resulta beneficiado. Los nervios espinales resultan tonificados debido a la mayor afluencia de sangre en la musculatura de la espalda.
El plexo solar se abre y se descongestiona.
Ejerce un poderoso masaje en la región lumbar, tonificando las glándulas suprarrenales.
Estimula la glándula pineal.
El estiramiento que se produce en el abdomen, añadido a la respiración profunda, masajea los órganos abdominales, en especial el hígado y el bazo.
Previene y mejora las hemorroides.
Resulta favorable para algunos trastornos respiratorios con dificultad en la exhalación como el asma o la bronquitis.
CONTRAINDICACIONES
En caso de existir alguna lesión importante en la columna vertebral o hernia de disco se recomienda precaución en la práctica de Matsyasana.
El sendero de Virya

El post de hoy está asociado a la segunda clase de mi nueva colección Sraddha, un conjunto de prácticas que no te puedes perder. Para diseñar esta clase me he inspirado en un concepto que se halla tanto en el ámbito hinduísta como el budista, VIRYA, traducido literalmente como fuerza, energía, vigor, valor, o ímpetu.
Estas cualidades están presentes en la práctica del Yoga, particularmente englobadas en la familia de las “asanas de fuerza”. La manifestación más obvia de este atributo es la física: un ejemplo es sostener la posición por largo tiempo, tener la musculatura bien definida y abordar mayor complejidad en la ejecución.
Pero este es solo un aspecto a tener en cuenta, porque la fuerza se construye siempre desde dentro hacia afuera, desde la actitud.
La manifestación más sutil de la fortaleza nace en el compromiso, que no es más que el acuerdo al que llegas contigo mismo a la hora de mejorar tu condición física y mental para comenzar a disfrutar de una vida más plena.