Soportes en yoga – El cinturón
Soportes en yoga – El cinturón
Por: Carla Sanchez | 15 marzo, 2017
Los soportes en yoga son un complemento que no debería faltar en ninguna escuela o gimnasio que imparta esta disciplina. Su variedad responde a la necesidad de complementar la práctica haciéndola más accesible a cualquier naturaleza anatómica: ladrillos, mantas, bolsters, cinturones, sillas o una pared componen el abanico de accesorios que se emplean hoy en día para ayudarte a profundizar en el conocimiento de tu cuerpo.
En este segundo bloque sobre soportes profundizaré en el uso del Cinturón o Correa.
Es un instrumento con el que tengo una estrecha relación. La mayoría de mis alumnos lo saben porque a menudo comienzo las clases con estiramientos de piernas asistidos con cinturón y concedo mucho espacio a ese momento en mi propia práctica, lo llamo “el adaptador de flexibilidad”.
Es una herramienta básica que puede variar en largo y grosor, a más grosor más rigidez y a veces puede resultar algo molesto en las manos a la hora de mantener la sujeción por largo tiempo. Yo lo prefiero suave ya que es más manejable; suelen ser de algodón y pronto te acostumbras al tacto y la dureza.
Puedes usarlo sea cual sea tu nivel. Para aquellos que son menos flexibles supone una gran ayuda, pero también lo es si quieres profundizar en tus estiramientos, o quieres mejorar la estabilidad en los equilibrios. Te daré algunos ejemplos esenciales.
Supta Padangusthasana, o “Postura del dedo gordo en el suelo”, se resiste bastante al principio, lleva tiempo y paciencia ejercitar la flexibilidad hasta llegar a sujetar el pie, o el dedo gordo con las manos.
Una forma de aproximarte a este asana es rodeando el pie con el cinturón, sujetándolo con los brazos estirados y las manos a la misma altura manteniendo la simetría, lo que permitirá que pongas el foco en respirar, sentir la pierna, comprender la alineación entre el tobillo, la rodilla y la cadera evitando así que tu mente se bloquee por el hecho de no llegar al estiramiento ideal; a veces puede ser frustrante.
Incluso si eres muy flexible puedes incurrir en errores como tensar los hombros y el cuello. El cinturón te servirá para relajar esas zonas e ir reeducando tus tendencias físicas.
Sutpta Padangusthasana comprende toda una secuencia de movimientos que implica apertura de caderas y torsión, resultando un trabajo de estiramiento del tren inferior fantástico y que repercute en mejorar la ejecución de otras posturas, en la relajación de la musculatura de la espalda, en un mejor funcionamiento del sistema circulatorio y en aumentar la flexibilidad del cuerpo en general. En toda esa secuencia también puedes usar el cinturón.
La correa de yoga es muy útil cuando no llegas a ciertas posturas, Gomukhasana es otro caso habitual. No todo el mundo es capaz de sujetarse las manos por detrás de la espalda; a veces incluso puedes toparte con la sorpresa de que lo haces con un brazo y con el otro no.
Con el cinturón irás progresando poco a poco. A medida que los músculos se sueltan, irás avanzando por la cinta hasta que el día menos pensado tus dedos se toquen por primera vez. Va muy bien para principiantes, personas de edad avanzada y en casos de acortamiento y exceso de masa muscular, que es común en muchos hombres.
Paschimottanasana o “postura del Libro” es otro ejemplo. Muchos no llegan a los pies y eso dificulta una correcta colocación de la espalda. La correa favorece estirar las piernas por completo restando tensión y facilitando perfeccionar la posición de la columna, a la vez que flexiones desde la cadera.
Otro uso es asistencia en la ejecución de equilibrios. Proporciona estabilidad y un punto de anclaje, además de ser como un alargador del brazo. Un ejemplo es Padangusthasana, la misma postura que veíamos en el suelo pero ahora puesta en pie.
Otra asana de equilibrio en la que es frecuente el uso de cinturón es Navasana o “postura de la Barca” y la función es la misma, estabilizar y enraizar.
Pero hay muchas más. Se emplea también para aprender la correcta colocación y la distancia de brazos, codos y manos en posturas como Sarvangasana o equilibrios sobre brazos.
Hazte con un cinturón o improvisa si practicas en casa, una toalla pequeña o un pañuelo largo servirán. Verás que pronto querrás hacerte con uno y será indispensable en tu práctica diaria.
Es ideal para personas con algún tipo de lesión ya que permite adaptar muchísimas posturas y proporciona autonomía una vez que sabes usarlo, de manera que no sientes que la limitación física te impide seguir el ritmo de una práctica con más alumnos.
Puedes llevarlo a tus clases y también de viaje. “El mío es como el cepillo de dientes”, un básico que va conmigo a todas partes.
Sraddha, Reconoce Tu Potencial: Virya, el arte de persistir
Esta práctica de yoga forma parte de la colección titulada “Sraddha, descubre tu potencial”.La clase de hatha yoga que vas a realizar te invita a explorar el concepto VIRYA, que se traduce como la cualidad de persistir en la práctica y los objetivos que perseguimos desde la aceptación y la conexión con la realidad.
Cuando aceptamos soltamos los miedos y tomamos distancia del futuro para sentir el presente con claridad. También se traduce como fuerza, valor y energía, aspectos que estarán presentes en esta clase física y metafóricamente como parte del camino de Virya, el sendero de la disciplina y el compromiso con uno mismo.
En el aspecto más técnico, trazaremos una secuencia hacia Vasisthasana y alguna de sus variaciones.
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5 Razones para hacer las posturas que te asustan
Todos sabemos que el yoga no es solo una disciplina física en la que se desarrolla la flexibilidad, la coordinación, el equilibrio y el tono muscular; la práctica de yoga, como el propio significado de la palabra “yoga” (ioga en sánscrito) lleva implícito en su definición más esencial: unión de mente y cuerpo. Las posturas o asanas que realizamos con el cuerpo, llevan una vinculación directa con nuestros pensamientos y emociones.
Hay días en los que la energía de nuestro cuerpo, sus movimientos, la respiración… no fluye en armonía, nos sentimos pesados interiormente y se refleja en nuestro cuerpo; o por el contrario, hay días en los que estamos excesivamente activos o dispersos y mediante la práctica nos permitimos relajarnos y reconectar con nuestro equilibrio físico y emocional.
La cuestión que hoy planteamos es: la importancia de practicar esas posturas que nos asustan o atemorizan. Todos los practicantes de yoga sienten, en algún momento de su práctica, un gran temor por realizar algunas posturas, bien porque tienen miedo de hacerse daño, bien porque creen que no les va a salir correctamente. Sea de la manera que sea, lo cierto es que esos temores, están directamente relacionados con limitaciones que cada uno ponemos en nuestra vidas.
Te planteamos estas 5 buenas razones para sacudirte el miedo y hacer esas posturas que más te asustan:
1º. Iniciarás el camino hacia la superación, un proceso en el cual tenemos un crecimiento personal que se manifestará en todos los ámbitos de la vida: personal, social, laboral…
2º. Desarrollarás una potente capacidad emocional para hacer frente a las dificultades que se planteen en tu día a día.
3º. Aprenderás a escuchar mejor a tu cuerpo cuando llegue a sus límites y cómo tu mente se relaciona con esas sensaciones y emociones. Descubrirás que al llegar a tus límites no pasa nada, serás más paciente y flexible en las decisiones que tomes.
4º. Ganarás en autoestima, confianza y compasión, otorgándote tiempo y espacio para explorar en tu cuerpo, observando cómo evoluciona y crece con cada práctica.
5º. El yoga nos enseña que podemos cambiar la forma de pensar para superar viejos condicionamientos que nos dañan a nosotros y a los demás.
Te proponemos esta clase con nuestra profesora Alexandra Knafo “Aire: sin miedo al equilibrio”. Las posturas de equilibrio nos ayudarán a afrontar mejor las dificultades, concentrados en una respiración consciente y con una mente abierta y positiva. Únete a Aomm.tv y cuéntanos qué posturas limitan tu práctica.
Olga Castañeda, es profesora de yoga en Aomm.tv