Yoga en el trabajo

Yoga en el trabajo

Yoga en el trabajo


Por: Gaia |  Nov. 05, 2013

Si vives en tu oficina, haces demasiadas horas extra o tantos kilómetros en transporte que no tienes tiempo de regalarte una sesión completa de yoga, no desesperes.

Hoy te ofrecemos una serie de prácticas que podrás hacer en tu lugar de trabajo y te ayudarán a aliviar tensión acumulada en zonas clave, darte un momento de respiro y tomar energía para continuar con las tareas programadas.

Un buen comienzo. No nos cansamos de repetir lo importante que es adquirir un buen hábito postural. No es lo mismo estar 8 horas sentado en una silla manteniendo la espalda recta y los pies apoyados en el suelo, que hacerlo con las piernas cruzadas y la espalda como un 8. Si tu trabajo te obliga a estar sentado muchas horas, acostúmbrate a sentarte bien. Lleva los glúteos hacia el fondo del asiento, apoya los pies en el suelo y yergue tu espalda. Tal vez al principio te cueste mantenerte erguido y la costumbre te lleve a convertirte en una S. Aún así, cada vez que te acuerdes, estírate hacia arriba y recupera la postura correcta. Al final del día tu cuerpo te lo agradecerá.

Si pasas mucho tiempo de pie, frente a un mostrador o una máquina por ejemplo, coloca tus pies a una distancia equivalente al ancho de tu cadera y apoya tu peso sobre los dos pies de manera equilibrada. Orienta el coxis hacia el suelo y la coronilla hacia el cielo.

Si tienes a tu alcance un pequeño banco o taburete de poca altura, utilízalo para adelantar un pie y apoyarlo en él. Continúa manteniendo la columna bien estirada y evita sacar la cadera hacia un lado. Acuérdate de cambiar de pie pasados unos minutos.

Estira la zona lumbar. Si trabajas de pie, seguramente tus lumbares estén sobrecargadas por pasar tanto tiempo sosteniendo el peso de tu tronco, de modo que cuando tengas oportunidad ponte en cuclillas y redondea la espalda metiendo la cabeza entre las rodillas. Te puedes sujetar con las manos a una silla, mesa o lo que tengas a mano.

Torsión con silla. Tómate un momento para hacer esta sencilla torsión, te ayudará a desentumecerte y te devolverá a la conciencia de tu cuerpo. Siéntate en la silla mirando hacia la derecha, de manera que tu costado derecho esté cerca del respaldo de la silla, los pies se apoyan en el suelo al lado derecho. Toma aire y estírate hacia el cielo. Al exhalar, gira tu tronco hacia la derecha y sujeta el respaldo de la silla con las dos manos. El pecho debe mirar hacia atrás (respaldo) y la cabeza gira tanto como puedas. Mantén un par de minutos y haz el otro lado.

Psoas. El psoas es un músculo profundo, que nace en las vértebras lumbares y la última dorsal y termina en el fémur, cerca de la ingle. Al permanecer muchas horas sentado, este músculo se acorta pudiendo producir dolor en la zona lumbar. Para estirarlo sin moverte de tu silla te aconsejamos lo siguiente: Sitúate en la silla de forma que el glúteo derecho se apoye pero el izquierdo quede en el aire fuera de la silla. Apoya el pie derecho en el suelo y lleva la pierna izquierda hacia atrás, alejando el pie todo lo que puedas. Mantén el tronco erguido. Después de unos minutos haz el ejercicio con la otra pierna.

Cuello y trapecio. Al estar muchas horas sentado ya sea frente al ordenador, escribiendo, conduciendo o haciendo cualquier tarea con las manos, se produce mucha tensión en los músculos del cuello y el trapecio. Este último es un músculo muy grande, con forma triangular que nace en la base del cráneo, sigue por las vértebras cervicales y dorsales hasta D10 y cubre gran parte del omóplato. Suele ser objeto de muchas tensiones y contracturas musculares. Para relajar el trapecio y los demás músculos del cuello te aconsejamos que hagas los movimientos de calentamiento típicos al inicio de una sesión de yoga:

1. Girar la cabeza hacia un lado y otro, mirando por encima del hombro. Repetir.

2. Acercar el mentón a las clavículas y alejarlo mirando al cielo. Repetir.

3. Llevar la oreja derecha hacia el hombro derecho. Después al otro lado. Repetir.

4. Hacer círculos lentos y amplios girando la cabeza en uno y otro sentido.

Descansar los ojos y fortalecer el nervio óptico. Abre los brazos en cruz, con os puños cerrados y los pulgares estirados hacia arriba. Sin mover la cabeza, lleva la mirada hacia el pulgar derecho, lentamente mueve el brazo hacia el centro hasta que quede estirado frente a ti. Ahora lleva la mirada al pulgar izquierdo y repite la operación. Después eleva los brazos por encima de tu cabeza siguiendo con la mirada el movimiento de tus dedos. Después llévalos hacia abajo. Por último frota tus manos una contra otra, cierra los ojos y formando un cuenco con tus manos, cubre los ojos y deja que descansen en el calor y la oscuridad creada por tus manos.

Trabaja el suelo pélvico. El suelo pélvico es un conjunto de músculos que forman la base sobre la que se sostienen los órganos de la pelvis. En la mujer sufren enormemente durante el embarazo (sobrepeso) y el parto, después del cual conviene hacer un trabajo de recuperación. Pero si eres hombre también puedes hacer los ejercicios de suelo pélvico, tu próstata y tu vida sexual te lo agradecerán. Aprovecha cualquier momento para ejercitarlos, sentado o de pie, trabajando o conduciendo.

1. Inhalando retén la orina. Exhalando suelta y relaja los músculos.

2. Inhalando retén la orina. Exhala e inhala manteniendo la contracción. Exhala y suelta los músculos.

Respiración cuadrada. Esta práctica de pranayama que proponemos puede hacerla todo el mundo, sean o no practicantes habituales de yoga. Te ayudará a calmar tu mente, volver al aquí y ahora, mejorará tu concentración y te devolverá a la consciencia de lo que realmente importa.

1. Inhala en 4 tiempos.

2. Retén la respiración con los pulmones llenos en 4 tiempos.

3. Exhala en 4 tiempos.

4. Retén la respiración con los pulmones vacíos en 4 tiempos. Practícala durante 5 o 10 minutos en cualquier momento del día.

Cristina Herrero es profesora en Gaia.

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      Propiedades mágicas de las plantas

      Desde tiempos inmemoriales, las plantas han sido consideradas seres vivos llenos de misterio y poder. Su belleza y diversidad han cautivado a la humanidad a lo largo de la historia, pero también han despertado la curiosidad acerca de sus propiedades mágicas. En este artículo, exploraremos las cuatro propiedades mágicas fundamentales de las plantas: la conexión, la sanación, la protección y la transformación. Estas cualidades han sido reconocidas en numerosas tradiciones espirituales y prácticas mágicas en todo el mundo.

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      Conexión

      Una de las propiedades mágicas más poderosas de las plantas es su capacidad para establecer una conexión profunda con el mundo natural y espiritual. Las plantas actúan como intermediarias entre el reino humano y el reino de lo divino. Su energía vital y su conexión con la tierra las convierten en vehículos poderosos para acceder a estados de conciencia superiores.

      A través de rituales y prácticas de meditación, las plantas pueden ayudarnos a entrar en contacto con nuestra propia esencia y conectar con fuerzas cósmicas más elevadas. Al utilizar hierbas, flores y raíces en ceremonias sagradas, podemos fortalecer nuestra conexión con la naturaleza y el universo, abriendo puertas a la intuición, la sabiduría ancestral y la comunicación espiritual.

      Sanación

      La capacidad de las plantas para sanar tanto el cuerpo como el espíritu ha sido reconocida desde tiempos remotos. Las propiedades curativas de muchas plantas han sido utilizadas en medicina tradicional y herbolaria en todo el mundo. La magia de las plantas se despliega a través de sus componentes químicos, sus energías sutiles y su capacidad para restablecer el equilibrio en nuestro organismo.

      Desde la antigüedad, se han utilizado hierbas y remedios naturales para tratar diversas dolencias físicas y emocionales. Plantas como la lavanda, el romero, la menta y el aloe vera poseen propiedades relajantes, estimulantes, antisépticas y cicatrizantes, entre muchas otras. Además de sus beneficios físicos, las plantas también pueden sanar nuestras heridas emocionales y espirituales, aportando calma, alegría y armonía a nuestras vidas.

       

      Protección

      Las plantas también poseen una poderosa energía protectora que puede salvaguardarnos de las influencias negativas y crear un escudo de seguridad a nuestro alrededor. Desde las culturas ancestrales hasta las prácticas mágicas contemporáneas, las plantas se han utilizado como amuletos y talismanes para alejar el mal y la mala suerte.

      La ruda, el enebro, la salvia y el laurel son solo algunos ejemplos de plantas consideradas protectoras. Su presencia en nuestros espacios vitales o su uso en rituales de purificación pueden crear una barrera energética que nos resguarda de las energías negativas y nos ayuda a mantener un ambiente armonioso y seguro.

       

      Transformación

      La magia de las plantas también está estrechamente relacionada con su capacidad de transformación. Al observar el ciclo de vida de una planta, desde una pequeña semilla hasta su pleno crecimiento y florecimiento, podemos aprender importantes lecciones sobre el proceso de transformación personal y espiritual.

      Las plantas nos enseñan que la transformación requiere paciencia, cuidado y dedicación. Del mismo modo que las plantas se adaptan al entorno, cambian con las estaciones y renuevan su vitalidad, nosotros también podemos experimentar procesos de crecimiento, curación y evolución. Las plantas nos inspiran a ser conscientes de nuestro propio poder de transformación y a abrazar los cambios como oportunidades para florecer y desarrollarnos plenamente.

       

      Las plantas son seres vivos mágicos que poseen múltiples propiedades y enseñanzas para aquellos que buscan la conexión espiritual y el crecimiento personal. Su capacidad para establecer una conexión profunda, sanar, proteger y transformar nos invita a explorar el reino vegetal y aprovechar su energía para nuestro beneficio.

      Ya sea a través de rituales, ceremonias, meditaciones o simplemente al estar en contacto con la naturaleza, podemos experimentar el poder transformador de las plantas en nuestras vidas. Abracemos la magia de las plantas y permitámonos aprender de su sabiduría ancestral para nutrir nuestra alma, cuerpo y espíritu.

      Leer el artículo

      A través de una combinación única de prácticas de yoga, meditación, transformación personal y salud alternativa, te ayudamos a mejorar todo tu ser a nivel físico, emocional y espiritual. Para que alcances tu mayor potencial junto a miles de personas que sienten como tú.


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