Para definir la depresión no hay palabras suficientes que puedan abarcar el significado completo de esta afección de la mente, pero sí podemos diferenciar dos tipos:

–DEPRESIÓN EXÓGENA: se produce por un hecho puntual de nuestra vida (una ruptura, una enfermedad o la pérdida de un ser querido)

–DEPRESIÓN ENDÓGENA o CRÓNICA: el trastorno es heredado, está dentro del ser. Normalmente, este tipo de depresión lleva asociado un tratamiento con medicación y terapia psicológica.

Sin ánimo de banalizar una enfermedad que solo aquel que la padece sabe lo frustrante que es, el miedo y la ansiedad que causan, y la incapacidad de pensar con claridad sobre las cuestiones mundanas de la vida, queremos aportar una herramienta poderosa para combatir este estado mental asolador: LA PRÁCTICA DE YOGA.

Hasta los días más fríos del invierno, pueden crear en nuestro estado anímico un verdadero batacazo, haciendo que nos sintamos sin energía y sin ilusión; sin embargo, a través del conocimiento que nos ofrece el yoga sobre nuestro cuerpo y nuestra mente, seremos más receptivos a percibir y localizar las señales de un estado depresivo.

En absoluto queremos reemplazar a los profesionales de la salud en casos graves, pero si que nos atrevemos a afirmar que el concepto y la disciplina yoguis son justo lo contrario de la depresión. El yoga nos ofrece espacio y distancia para observar imparcialmente, con suma gratitud y amabilidad, cada cambio que se produce en nuestra mente y cuerpo a través de las asanas (posturas), del pranayama (respiración) y de la meditación. La esencia del yoga es vivir en el presente, tomar conciencia de que los pensamientos son productos de la mente sin identificarnos con ellos, ayudándonos a crear, poco a poco, nuestro lugar de silencio interior donde poder descubrir un espacio de auxilio y renovación

Si sabemos que el yoga es unión de mente – cuerpo, y la mente está bloqueada o apegada a estados emocionales depresivos, el cuerpo también mostrará resistencias, cierres y tensiones que no harán más que retroalimentar esa oscuridad.

Existen muchas posturas que nos pueden ayudar en momentos depresivos, sobre todo aquellas que nos permitan la apertura del pecho, para respirar mejor; las posturas invertidas, que nos darán otra perspectiva del mundo y traerán sangre fresca al cerebro; y las  posturas de flexión hacia delante, muy oportunas para aliviar el cansancio y la fatiga.

En Aomm.tv encontrarás una amplia variedad de prácticas enfocadas a despertar la energía. Te proponemos esta clase guiada por nuestra profesora Ángela Muñoz: “Flow para levantar el ánimo”

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