Diana Naya
Comencé mi relación con el yoga y la meditación cuando tenía 18 años. Sin embargo, me siento una aprendiz en la mayoría de los contextos. Me considero una estudiante de yoga, sobre todo cuando enseño.Mi formación universitaria en Sociología me ha permitido enfatizar en la teoría y la tradición del yoga. La carrera profesional de diseñadora me abrió a la comprensión de creatividad y adaptabilidad que el yoga me ha requerido.Por último, mi pasión y relación con la danza me ha llevado a más profundidad y sensibilidad corporal y expresiva. Finalmente, lo que funciona de manera más integral para mi es el yoga, ya que cuida del cuerpo como una manera de cuidar del alma. Ofrece una visión global de la naturaleza humana. La maternidad me ha ayudado a descubrir los aspectos ocultos de muchas tendencias latentes en el cuerpo y la mente. Ha colocado los elementos en un orden más natural. Siendo: lo primero, el amor, lo segundo, el amor, lo tercero, el amor. Gracias a esta experiencia mi enseñanza ha dado un giro, arrastrada hacia el ritmo de la naturaleza.Enseño yoga desde 2006. He estudiado y recibido formación de escuelas tradicionales (Sivananda y Satyananda), maestros contemporáneos de vinyasa (Shiva Rea, Liz Lark, Godfrey Deveraux…) y de anatomía (equipo de Blandine Calais). Mi estudio personal me posiciona muy cercana al linaje de Krishnamacharya. Tantos maestros, profesores, estudiantes y compañeros me han inspirado que mantengo este camino también porque es un lenguaje de agradecimiento.
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