Gisela Vázquez
Como muchos buscadores, desde temprana edad tuve anhelo por entender el por qué de la vida y sus complejas experiencias. Comencé a meditar muy jovencita, a los 14 años, y descubrí el yoga a través de un libro antiguo de mi padre.En 1996, después de haber realizado distintas prácticas de meditación, comencé a tomar mis primeras clases de yoga, y encontré el camino de la meditación, un camino espiritual fundamental en mi vida. La meditación nos enseña a vivir con conciencia y nos transforma a nosotros mismos, así como nuestra percepción del mundo que nos rodea. En 1996 practiqué seva (la práctica yóguica de servicio desinteresado) en el departamento de Hatha Yoga de un Ashram. Las enseñanzas y directrices que se aplicaban en las clases procedían de las enseñanzas de Anusara, al igual que la filosofía que se impartía en este Ashram.En 2003 conocí a William Mahony y John Friend en el Ashram que está en las montañas Catskill de Nueva York. A partir de ese momento mi formación en Anusara ha sido continua, haciendo numerosas formaciones de varios niveles tanto de Hatha Yoga como de Yoga Terapéutico con miles de horas de estudio y práctica acumuladas.Mi amor y ganas de ayudar a disolver el sufrimiento en otros me ha llevado a especializarme en yoga terapéutico, practicando y avanzando en mi entendimiento de su sistema y sus aplicaciones en distintas lesiones, entendiendo cómo el cuerpo refleja el dolor del alma. Es por ello, que he estudiado con diferentes eruditos de filosofía, porque espíritu y materia son inseparables y es sólo a través de aprender nuestras lecciones de vida y encontrar nuestra paz y amor propios que podemos disfrutar de este regalo que es el cuerpo.
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