Las civilizaciones Maya y Teotihuacana se fusionaron, dando lugar a la cultura de la Ciudad de los Dioses. Esto hecho se ve evidencia en Teotihuacán, donde encontramos 4 pirámides menores pertenecientes a los Mayas, que convirtieron este lugar en su propio centro dentro del territorio Teotihuacano.
Este nuevo orden político y social se expandió a lo largo de mesoamérica, dando lugar a nuevas urbes. Sin embargo, esta diversidad y la gran riqueza cultural metropolitana, no impidieron que continuaran llevándose a cabo sacrificios rituales.
